Aciertos y errores de los Premios Emmy 2024

divinity.es 16/09/2024 10:46

Como en una vuelta al cole a lo grande anoche se celebró en Los Ángeles una de las primeras grandes alfombras rojas internacionales, la de los Premios Emmy 2024.

Y nos ha dejado claro dos cosas. La primera, que las plumas van a ser un must esta temporada. Y la segunda, y más importante, que para ser una estrella no hace falta despelotarse, ni cascarse el vestido más exuberante del mundo. Basta con ser Meryl Streep y su esmoquin rosa con blusa de lazada.

Aciertos

1. El negro de la noche y lo mejor de la velada para mí, era este vestido con bolsillos, de Laura Dern. De Gabriela Hearst.

2. Otro negro, tan simple como rotundo, no se quedaba atrás. Lo firmaba Dior y lo llevaba Elizabeth Debicki.

3. Verde esmeralda y palabra de honor. El Balenciaga de Naomi Watts.

4. Jennifer Aniston no falla con sus vestidos columna milimetrados. Este, versión joya,lo firmaba Óscar de la Renta.

5. Sólo el poderío de Sofía Vergara puede defender este rojo de Dolce&Gabbana y su complicado escote.

6. A la incombustible Jodie Foster la vistió de tinta y pliegues Louis Vuitton.

7. Rita Ora es de estas estrellas que o arrasa o derrapa y ni se inmuta. Anoche triunfaba con su Tamara Ralph rosa con capa de plumas.

8. De entre los midis, este lady de Brie Larson de Chanel. Era divino.

9. Viola Davis en blanco y negro invertido.

10. El Dior floral de Reese Witherspoon en negro y blanco se quedaba hasta soso pero no era error ni mucho menos.

11. Selena Gómez acierta. No siempre lo hace últimamente, pero esta vez sí con su Ralph Lauren negro de escote halter joya.

12. El champán de Armani de Dakota Fanning.

13. El rosa cuarzo simple y clásico de Diane Lane.

14 y 15. Kathy Bates y Kristin Scott Thomas, dos formas de cómo saber madurar en una red carpet y en la vida. De los chicos, cuatro formas de llevar un esmoquin.

16. El primero, clásico, el de Jeremy Allen White.

17. El segundo, el esmoquin con blusa abierta de Jonathan Bailey.

18. El tercero, el esmoquin de pantalón setentero, con chaqueta blanca, de Ricky Martin.

19. No será lo más elegante, pero el kilt convertido en esmoquin de Alan Cumming tenía su rollazo.

Meryl Streep. Ella. Con su total look rosa. No la dejo al final de los aciertos porque no merezca otro podio, sino precisamente para poner en valor que a pesar de muchos vestidazos ella brilla por encima de todas las cosas.

Errores

1. El Pabral Gurung con péplum de Nicola Coughlan la convertía en Menina de golpe, por mucho que alguien interpretase un guiño a Los Bridgerton que yo no percibí por ninguna costura. Era terrorífico, al menos para ella.

2. No, no puedo con los vestidos con capucha. El amarillo de Da'Vine Joy Randolph lo mismo habría sido que hacerse la toga después de la ducha y presentarse allí.

3. Del baño parecía también que salía Greta Lee, con este escote terrible como de toalla enroscada.

4. El blanco con estola pistacho ultra brillo de Lisa Ann Walter era feo. Tal cual.

5. Sí al sastre rosa de Meryl, pero no rotundo al verde de Reba McEntire.

6. El esmoquin blanco con top rojo de cuentas, como de la bandera de Japón, de Bowen Yang era para gritar.

7. Al tricolor de Sarah Pulson yo sólo le habría dejado el vestido azul Klein y le habría mutilado la cola.

8. Zanna Roberts estaba ridícula, a pesar de lo mono que era su depurado Little black dress. Pero bonito no significa adecuado para este alfombra. Un corto no es lo mismo que un cóctel, ni nada que ver con un dress code gala. ¿Cuándo aprenderán lo más básico?

9. Lo de Tyler James Williams no se quedaba atrás. ¿De verdad alguien cree que un tipo puede ir por el mundo con el sobaco al aire salvo que le pongan en una playa? Y ni eso.

10. El dorado acolchado de Kristen Wiig parecía tan de atrezzo como las princesas Disney. Y esto sin ser Disney, es como para salir corriendo antes de que te envuelvan en su material ignífugo.

11. Y qué daño hace el mundo de lo mamarracho a la moda. A mí que alguien me diga con un mínimo de coherencia que es interesante o moderno esto de Harvey Guillén. No, no habrá nadie tan osado. ¡Qué miedo!