Aciertos y errores de la boda de Teodora de Grecia y Matthew Kumar
Mientras en Andalucía se casaba una divina Ana Cristina Portillo, en la catedral de Atenas lo hacía una recargada Teodora de Grecia. En esta boda la expectación estaba en la familia real española, por parte emérita claro, porque de los reyes Felipe y Letizia sabíamos que no íbamos a ver ni un pelo.
La reina Sofía y la infanta Elena, divinas, parecía que iban a otro enlace que no era este y que bien podría haber sido el remake de Mi gran boda griega.
Aciertos
La novia. ¿Me gustaba su vestido? Nada. Pero muy fea tendría que ir una novia para que siendo la protagonista de una boda yo la bajase a los errores del tirón. Y no, tampoco era el caso. Me parecía recargado su vestido de Celia Kritharioti, con esos fruncidos bordados en cristal que la hacían más ancha de los que es. Tampoco me gustaba sobre ellos ese escote Bardot. Pero claro, esta señora diseñadora griega viste a Beyoncé y Paris Hilton en algunas ocasiones. Vamos que la dejo en los aciertos pero como podría haber sido en un limbo.
1 La invitada estrella de esta boda, por su look espectacular, era la infanta Elena, que le da sopas con hondas a su hermana Cristina como en los buenos tiempos. Su vestido tinta de lunares maxi en blanco era una maravilla. Y esa gargantilla…
2 La reina Sofía estaba perfecta, como siempre, con su vestido frambuesa de falda plisada.
3 La princesa Benedicta de Dinamarca estaba espléndida.
4 Marie-Chantal no falla, a pesar del color albaricoque, su plisado con cuello cisne era fantástico.
5 y 6 Sassa de Osma y Ekaterina de Hannover, dos cuñadas muy distintas e ideales ambas en esta ceremonia.
7 La infanta Cristina no puede hacer sombra a su hermana, pero su vestido turquesa tampoco era un error.
Errores
1 Irene Urdangarin iba infinitamente menos juvenil que su abuela Sofía. No se podía estar más rancia vaya. Manda madre.
2 Tampoco me gustaban las transparencias de enseñar las lorzas del vestido azul de Ana María de Dinamarca. No era para ella.
3 El vestido rojo camisero de Alexia de Grecia parecía que lo había improvisado por la mañana. Ni le sentaba bien, ni era buena opción.
4 A sus hijas parecía que las había vestido la factoría Disney. Qué espanto.
5 Y para rizar el rizo de la familia griega, el padrino, Pablo de Grecia, o se había achicharrado en el barco o tenía una indigestión de autobronceador, pero parecía una gamba gigante o una celebrity de aquella Marbella hortera de sol y poderío.
En el mundo royal como en la misma vida, está claro, hay bodas y bodas.