Puntadas con o sin hilo de la 81ª edición de Fashion Week Madrid Otoño - Invierno
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Qué sorpresa me he llevado esta edición de la Mercedes Benz Fashion Week con ese Baro Lucas abriendo el primer desfile oficial de IFEMA con toda su sofisticada delicadeza.
El Premio de este año a la mejor colección yo se lo habría dado a él, pero fue para Mans. Me alegra también porque su colección lo merecía y a pesar de mi amor este año por Lucas esto sólo define, una vez más, la pluralidad de nuestro trabajo, la libertad necesaria de nuestra crítica de moda y la diversidad de nuestra moda marca España.
Nota de siempre para vosotros mis lectores de siempre y para los que lleguen nuevos:
Por si alguien no lo sabía aún mi análisis lo hago con todo el valor y el mérito que reconozco en todos y cada uno de los diseñadores que nos muestran su trabajo comprometido en esta semana. Me gusten más o menos. Sean amigos o no. Me despierten más o menos simpatías.
El orden de estas Puntadas no responde a la importancia de cada desfile si no a su cronología en el calendario oficial de la semana. No de todos hablaré bien, eso es un juicio en la libertad de expresión. Que nadie se ofenda. O sí, pero con cordura.
Y de los que no hable, no todo lo que vi sale en estas Puntadas, será opinión. Porque el silencio también es una opinión.
Esta vez Pedro del Hierro se lleva mi más sonoro silencio porque el marketing presuntuoso y mal planteado puede silenciar cualquier alabanza de moda o de lo que sea. Ya lo siento. Así que no busquéis mi opinión de esta colección porque no lo encontraréis.
Los silencios míos, más de dos décadas analizando Semanas de Moda española y extranjera, con miles de desfiles en la retina, son más educados y generosos de lo que algunos se merecen, pero oigan, uno afila y desafila la lengua como le parece.
Baro Lucas
Con hilo
Desembarcar por la puerta más grande, como ha hecho Baro Lucas en esta edición es llegar con todo el poderío siendo precisamente un tipo con imagen y maneras de todo lo contrario al poder. Esto no es un juego de palabras, aunque lo parezca. El poderío de Lucas se basa precisamente en una tranquila y delicadísima sofisticación. Con esos ojos ve y nos muestra en su Aeternam, sus raíces castellano leonesas. La belleza vasta de sus paisajes vallisoletanos fueron el lienzo en el que él pintó con perfecta aguja una colección tan sobria como perfecta. Lucas es el esperado joven varón para una nueva sastrería limpia y llena de sentimientos. Enhorabuena por ello y por sus cortes puros, sus lanas, sus terciopelos de algodón, sus tarlatanas, sus linos, su paleta serena de negros, ocres, tierras, verdes, grises… Enhorabuena por todo.
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Yolancris
Con hilo
Pocos como yo habrán podido entender mejor este desfile inspirado en aquella poderosa y enigmática mujer que fue Luisa Casati en la Venecia de la Belle Époque y en el gran maestro Fortuny. Los que hayáis leído mi novela Un Palacio en Venecia sobre Fortuny lo entenderéis perfectamente. Pues de ese mágico, loco y efervescente universo de mi marquesa de Casati y de la maravillosa teatralidad del alquimista que fue Fortuny con sus tejidos, ha bebido Yolancris para esta colección que estaba llena de guiños al modernismo, a la trasgresión y a un romanticismo literario tan poderoso como los secretos de la vida. Me hechizaron sus transparencias delicadas, sus portentosos bordados sobre los contundentes rasos y su impactante arquitectura. Casati siempre será, como deseó, una obra de arte viva hasta después de muerta.
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Mans
Con hilo
He tenido yo mis idas y venidas a veces con la visión de Mans y su concepto de la nueva sastrería y esta edición me han convencido por fin de todo lo divino que supone su trabajo para nuestra moda y nuestras retinas, ávidas de nuevas manos y conceptos. La colección se llenó de estupendos guiños como sus faldas lápiz, las tableadas plisadas de sus vestidos suntuosos, los vestidos de noche de cinturas enlazadas que eran un sueño, los abrigos de hombre con solapas de esmoquin o esos sastres tan limpios de chaquetas bien estructuradas y pantalones fluidos donde el hombre convive entre el mundo masculino y el femenino con tanta fuerza y poder que es capaz de conquistar cualquier universo y sexo. Bien por Mans. Y enhorabuena por su premio.
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Menchén Tomás
Con hilo
El innovador Blitz Club de Londres y esos años 80 de libertades creativas inspira esta colección de Mechén Tomás que está llena de delicadezas a pesar de su irregular conexión entre unos y otros diseños en su puesta en escena. Pero nada es tan grave como para borrar lo divino de muchas de sus salidas. Sus sedas, sus chantillís y su vibrante paleta de color y metales estaban tan vivas como las charlas y los brindis de aquel Londres centelleante al que nos lleva de golpe, como las sorpresas de un viaje inesperado y feliz, con tan solo una maleta de buenísimas intenciones.
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Alex Rivière
Con hilo
Me enfrentaba a descubrir el debut de Rivière en la pasarela sin ninguna expectativa a pesar del estreno y de autollamarse “Tributo” y cuando esto sucede se llega virgen y limpio como los niños, con toda su salvaje espontaneidad. Y me encantó lo que vi. Quizá sea el desfile más sobrio de la edición pero eso no hizo peligrar su éxito. Todo lo contrario. Fue como entrar en un divino piso francés, grande, desprovisto de colores y estridencias, y que los blancos y negros de Rivière, sus pinceladas de leopardo y su elegantísima naturalidad lo llenasen todo de color hasta sin tenerlo. Esto, para un niño y su mirada limpia, es lo más parecido a la magia. Felicidades.
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Claro Couture
Con hilo
Recuerdo que para mí Claro había hecho juegos de malabares sobre un hilo en su última propuesta, con todos los peligros que eso conlleva, y aquí sí venía yo esta vez con prejuicios y expectativas de mejorar los errores. Y se cumplieron. Su colección “Doble C” estaba llena de elegancia atemporal. Sedas suntuosas, plumas, hombreras pagoda, lunares gigantes en el eterno binomio blanco y negro, siluetas drapeadas en las cinturas… Las mujeres de Claro se han vuelto tan chic esta temporada que pueden conquistar cualquier ciudad porque en esta “Doble C” suya hay mucho rollo bueno y con mucho sentido.
Simorra
Con hilo
Cuenta Simorra que sus “Raíces” de este año se han inspirado en “The Power of Movement in Plants”, el estudio realizado por los Darwin, padre e hijo, para demostrar que las plantas son seres inteligentes. No sé si esto era sólo filosofía inicial pero lo que si sé es que Simorra, como las plantas, echa raíces que sienten y se entroncan para que no nos olvidemos de ellas. Así son sus tejidos, sus puntos, sus patrones y su cálida exageración en el uso de las lanas y los materiales más naturales. Que sí, que Simorra tiene raíces que sienten y laten bien fuerte.
Isabel Sanchís
Con hilo
Siempre he creído que cuando algo funciona empeñarse en cambiarlo no es la mejor idea. Eso pensé nada más sentarme a observar el desfile de Isabel de esta temporada. ¿Por qué alguien que hace noche y alta costura de manera tan reconocida se empeña en arrancar ahora con un prêt-à-porter tan confuso y complicado? Pues en el filo vi mi crítica sobre Sanchís durante los primeros minutos de una colección que no me convenció nada. Luego, para mi alivio, llegaron de nuevo las obras de Isabel, esas que pisan, como en su desfile, alfombras de polvo de oro a la luz de unos chandeliers que tintinean con toda su delicada magia. Y todo se recolocó en su justo sitio.
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Hannibal Laguna
Con hilo
Me había reconciliado la última edición con Hannibal por las pequeñas sorpresas que nos da a veces con algunos de sus no tediosos vestidos de madrina eterna. Pero esta temporada volvió a zambullirse en muchos de esos tópicos de los que abusa y que me espantan. Ya ni siquiera me horripilan por sus patrones inamovibles tan antiguos y recargados, sino porque entré irremediablemente en un túnel del tiempo y me desperté en diferentes colecciones de los últimos 25 años. Cuando volví al presente, una falda de organza rizada asimétrica vibraba imponente, majestuosa, flotando en el caminar de una diosa de ébano, con un top V de glitter y pensé que todo podía ser gloria si él quisiese. Querido Laguna, ¿por qué no me emborrachas un año sólo con esas pequeñas joyas que tienes a veces sueltas entre todo lo demás? Me harías feliz porque no creas que me gusta darte guantadas escritas. El con hilo de esta vez, aunque muchas cosas me sigan aburriendo, es por ese oasis al despertar de mi sueño en mitad del tedio y porque yo ante todo admiro tu tesón y tu trabajo incansable vengan como vengan las críticas.
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Ynesuelves
Sin hilo
Abrió su desfile Ynesuelves con unas maravillosas faldas con volumen y estampaciones ecuestres, como de época pero tan frescas, tan turgentes, tan lady y tan hoy que pensé que me iba a fascinar todo. Pero su colección se diluyó en nada, como si hubiese dejado todo lo bueno a merced de una lluvia repentina y salvaje. Me aburrió su propuesta de denim y camisetas como de tiendas de low cost en cadena. Cierto es que llegó el cierre y volvió a enamorarme esa novia rosa polvo, pero fue tan volátil y efímera como los sueños románticos. Y así se quedó, en un sueño fugaz.
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Custo
Con hilo
A Custo le funcionó tan bien su mini movie virtual de arranque de la última edición que este año repitió un openning similar. Y a pesar de que no me gustan, lo sabéis, muchas de sus chicas de discoteca loca y hasta hortera, me volvieron a encantar sus estampaciones optimistas en las sudaderas de unos chicos de ciudad que eran divertidos, urbanos y chic. Sus leones, sus osos, sus gorilas viven felices en ese universo de Custo que tanto me gustó en los chicos, lejos del brilli descarado y chillón de ellas. Este con hilo es precisamente por ese súper acierto empresarial.
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Erroz
Con hilo
Había tantas piezas estupendas que me habría metido en mi maleta personal para mi fondo de armario que tengo una dicotomía con Pablo Erroz y su The Hotel. ¿Por qué alguien se empeñó en que una buena colección casi se fuese al traste por un desfile caóticamente planificado y ejecutado, donde los modelos no sabían por dónde ir y volver en un laberinto de cruces y trazados? Qui lo sá. Pero el caso es que algunas de sus piezas, a pesar de aquel caos, brillaban en muchos sentidos. Me encantaron sus cazadoras cortas en verde intenso, o en azulón y sus pieles con pantalones fluidos para ellos. También los vestidos de teselas de formica para ellas, que bien podrían ser una alegoría fresca y divertida a la locura glamurosa de un Rabanne divinamente recordado.
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Malne
Con hilo
Los Malne, Paloma y Juanjo, tienen ese punto picante que es efervescente en cualquier fiesta, como si echásemos una pequeña guindilla en una copa del mejor champán. Pues eso, elevado al cubo, volvimos a ver en su noche “Bohemiam”. Tenía mil guiños al boho más chic de los 70. Sus gasas de seda se mezclaban con plumas, tweeds, chifón, gazar, cashmere y unas lentejuelas verdes que chisporroteaban como un bosque encendido, en una fiesta de esas que no quieres que acaben mientras siga habiendo champán y las guindillas picantonas. Y de este arte, ellos, tienen siempre hasta el amanecer. Bravo.
Paloma Suárez
Con hilo
Venía desde la anterior temporada pensando que Paloma Suárez me iba a volver a chirriar como sus mozas aquellas de brillis sin medida, botas y sombreros de cowboy y algunos otros despropósitos. Y de golpe me encontré con unos hombres urbanos, chic a más no poder, con esos tartanes de cuadros en rosa, en azulones, o los trajes con abrigos en ese “todo a un color” que me fascinaron. También algunas piezas de ellas vibrantes y energéticas. Qué gusto cuando la sorpresa es mayúscula porque jamás la esperabas. Yo le recomendaría a Paloma Suárez que un año arriesgase y se marcase una colección exclusivamente de hombre, porque los suyos de este año eran los más vanguardistas de toda esta semana de moda.
Odette
Con hilo
Tete Odette se afianza en su nuevo rumbo y me congratula. Su colección Iris reflejaba sueños y fantasías que se cumplen con esperanzas, sin aquellos excesos chirriantes de sus inicios. Me pareció un súper ejercicio de constancia y trabajo la transformación de muchos de sus puntos peligrosos, como el abuso de los vinilos, de los abalorios brillantes y pedrerías o de los patrones burlesques vulgarmente estereotipados que esta vez se convirtieron en piezas infinitamente más depuradas. Y esos nuevos brillis chispeantes me encantaron. Si a eso le sumamos el buen hacer para mezclar lanas, cueros, satenes, tules de seda y pelos de cordero y cabra en una misma colección sin que nada chirríe pues ya ni os cuento. Eso sí, no encontré sus Iris más que en la filosofía inicial pero esto no merma su colección bien resuelta y con muchos puntos de una nueva Odette menos teatrera y más sofisticada.
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Fely Campo
Con hilo
Fely Campo tenía una puesta en escena tan fresca y prometedora, como la lluvia en un bosque verde y emergente por el que flotan femeninas damas de la noche, que las expectativas estaban en todo lo alto antes de que sus modelos pisasen la hierba. Pero volvió a demostrar que maneja una aguja precisa y experta en mil sueños. Su “Self World” prometía sostenibilidad, naturaleza, atemporalidad y sus metalizados, sus brillos, sus abrigos largos sobre los vestidos y sus patas de gallo como teselas de lentejuelas en las arquitecturas de algunos de sus patrones me parecieron piezas eternas para brillar, gloriosas, por encima de todos los tiempos.
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Jnorig
Sin hilo
Me habían contado que Javier Giron, JNORIG, quería con su colección “Yügen” estrenarse en la MBFWM con la magia de la cultura japonesa y el complejo equilibrio entre lo humano y lo divino. Lo que tengo claro es que sacó a ese monstruo que habita en el fondo de los individuos porque yo vi más negritud que belleza nipona en sus diseños. Y estoy hablando de moda, obvio, que igual él es un angelito con todo su físico de vikingo del norte. Toda la teoría estaba genial, su inspiración es la eterna lucha entre el bien y el mal, lo angelical y lo inquietante. Pero no lo vi más allá de sus máscaras, más teatrales para una Venecia de Carnaval que otra cosa. Tampoco vi en sus patrones de la colección su propio rollo personal, que lo tenía y mucho cuando le vigilé en la distancia, como vigila paciente la mantis orquídea con toda su poderosa belleza antes de aniquilar a su presa. Ojalá pronto, acaba de llegar y seré paciente, nos hechice en la pasarela como a mí me hechizó en el kissing mientras le vigilaba a media distancia, tanto que se desinfló mi mantis orquídea que llevo dentro y le dejé vivir en nuestro mundo de moda para no devorarle tan temprano. Te espero en la próxima, JNORIG.
Schlesser
Sin hilo
Después de esconder a la mujer entre mil capas en su anterior desfile, más que potenciarla, confié en que este me aliviaría de aquel mal trago. Pero no fue así, y lo siento porque Schlesser parece que no volverá a ser aquel exquisito Ángel de antaño. Arrancó el desfile con divinos patrones que parecían beber de lo que todos tenemos en nuestra retina de la etapa más divina y álgida, pero pronto el desfile se tornó en una sucesión de abrigos con confusos relieves, arquitecturas animales que poca elegancia eran capaces de almacenar y entre las voces malvadas de la grada de prensa una compañera preguntó ¿pero esto es la Fiesta del día del Armadillo? Pues en eso se quedó. Qué pena porque las siluetas iniciales nos habían devuelto por un rato a la magia de sus mejores 90 con toda su depurada sofisticación.
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Lola Casademunt
Con hilo
De lo poco que no me gustó de Lola Casademunt en la última edición fue su invitada estrella para abrir y cerrar el desfile, Esther Cañadas. Pues Lola repite, lo que denota que a ella sí le gustó. Y viajando más allá de mi mirada crítica de moda he entendido que tiene mucho que ver con lo que es la firma. Cañadas nunca ha sido una modelo fina y elegante, está claro, pero la firma tampoco sueña con serlo porque su filosofía es mucho más estrambótica, exagerada y efervescente que un escaparate exquisito de una boutique de lujo de París, con sus etéreas y divinas maniquís como de porcelana. Casademunt es más potra salvaje, trotamundos de mil lugares, como el basto caminar de la felina Cañadas. Pues eso. Que son distintas versiones de moda, pero me vale. Su colección “Deauville” de esta edición era tan exagerada como sus flores de cristal, sus batas abullonadas en borgoña, sus bolas de oro gigantes en sus collares sobre vestidos silueta, sus vestidos fruncidos y sus abrigos y bolsos de pelo.
Ágatha Ruiz de la Prada
Sin hilo
El cierre de Ágatha no tenía nada nuevo y lo tenía todo. Pero daba igual lo que tuviese porque sus patrones se han convertido en iconos de la firma, como su mejor marketing. Y ya da lo mismo si hay menos corazones o más estrellas o lazos que otros años, todo huele, sabe y pinta igual y sigue funcionando. Hasta aquí fenomenal, no habrá mejor éxito de moda que eso, que todo siga funcionando. Pero este año, como ya os conté en la fiesta de HOLA para el arranque de la MBFWM, me ha aburrido tanto que se lance al mundo de los desencuentros televisivos con ese novio que ya no es que no la miro con los ojos de industria de siempre. Abrió el desfile con un eterno Romeo en mallas y cola de dragón chino, danzando al son del amor y del desamor con su Julieta vestida de novia. Y el teatro se le va de las manos tanto como sus intervenciones televisivas. Ojalá vuelva la Ágatha de la moda divertida de siempre, con todas sus excentricidades, con sus cancaneos, pero sin novios con los que disputarse un plató. Porque Ágatha, querida, el día que la tele te engulla ya será complicado volver a ser algo fresco y efervescente en esta industria de moda que igual te encumbra que te arrastra hasta los infiernos. A tiempo estás.
Hasta aquí esta nueva semana de moda y de muchos reencuentros en ese kissing que nos da la vida y nos emborracha, también de besos.
¡Nos vemos en la próxima MBFWMadrid de primavera/verano!
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