Aciertos y errores de Belén Corsini en su boda con Carlos Fitz-James Stuart

divinity.es 24/05/2021 19:11

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Horas después de la resaca de la última boda celebrada en el Palacio de Liria, ese que fuese morada y talismán de la desaparecida Duquesa de Alba, a la que seguimos recordando con sonrisas y cariño, analizamos al detalle el vestido de una novia que me atrevería a decir que no va a tener rival de estilo en mucho tiempo.

Las novias son siempre un respetado secreto, haya o no de por medio una exclusiva. El sábado, cuando analizaba los looks de los invitados más cercanos a la llegada a Liria, intenté idealizar cómo sería el vestido de esta novia que a mí, sin conocerla de nada, me despierta ternura, frescura, romanticismo y simpatía. Ella ya tenía ganado mucho de antemano porque es de esas mujeres de belleza y clase natural.

Belén Corsini, ya condesa de Osorno tras su boda con Carlos Fitz-James Stuart, combinó con todo el acierto del mundo un modelo clásico de corte imperio, con un puñado de guiños románticos de muy buena factura, convirtiendo su vestido de Navascués en algo exquisito.

El novio optó por el uniforme de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, algo que habrá hecho sonreír de emoción, me imagino, a su abuela en algún lugar.

¿Fallaron en algo los novios o todo fueron aciertos?

Aciertos

1. Las mangas abullonadas terminando en largura francesa y una cola superpuesta bordada sutilmente, tan importante como delicada, son los primeros aciertos de este impresionante vestido de la firma española Navascués, bajo la experta batuta de Cristina Martínez-Pardo Cobián.

2. El velo, en tul de plumeti, era tan delicado como la naturalidad de esta novia que ha conseguido convertir su imagen, una vez más, en algo casi divino.

3. Podría haber elegido muchas de las maravillas del joyero de la Casa de Alba pero la opción elegida fue esta pieza familiar de diamantes simulando una flor, convertida en pasador para una coleta simple. Otro de sus súper aciertos.

4. Los pendientes de brillantes, de su abuela materna, y un escote limpio en V, muy natural y medido, dejaban todo el protagonismo a su rostro y el vestido.

5. Una coleta sencilla, marcada con ondas naturales, y un maquillaje casi invisible, eran la mejor opción para un ‘todo’ más que impecable.

Errores

Pocas veces me encuentro con el gustazo de no hallar ni un error en una novia. Esta ocasión es una de ellas y lo celebro con gusto, aunque algunos incrédulos sigan creyendo que disfruto mucho más con los errores de tantas y tan variopintas protagonistas. Impíos.