Conocí a Anabel Pantoja hace muchos años, mucho antes de nuestro Supervivientes 2014, como jurados de un certamen de belleza en Málaga. Y fue un amor a primera vista. Lo fue porque Anabel es de esas personas que se hacen querer al instante en cualquier evento. Me gustó su alegría por todo, su cercanía y esa belleza de rostro que ella mantiene intacta y que tanto recuerda a su contundente apellido.
Ayer se casaba en La Graciosa y cuando Divinity me encargó estos aciertos y errores, que son más complejos cuando hay que dedicárselos a alguien a quien tienes cariño, decidí que tenía que hacerlos con toda la objetividad del mundo. No cabe otra opción en esta columna.
Que nadie se ofenda pues, ni mucho menos la novia por mucho que adore a sus invitados, si no cae en el lugar que le gustaría. Pero poco error hubo, con tan claro código de vestimenta.
1 La novia. Ni era simple ni falta que hacía. Y como el dress code marcado por la novia para el día de su boda era blanco para todos, ella echó el resto con su Rue de Seine, para no pasar desapercibida. Estaba guapa, madura y rotunda. Me gustaba su escote corazón, su encaje, su melena natural con la cara despejada, su sencillo y exquisito ramo en contraposición con lo historiado de su vestido… Me gustaban ella y su emoción.
2 El novio. La simplicidad de un traje blanco ligero y unos mocasines de verano aventurero. Él cumplió con su naturalidad.
3 Susana Bicho se convierte en la invitada perfecta, su vestido camisero era una brisa absolutamente divina. Sus valencianas de cintas eran el complemento perfecto.
4 Raquel Bollo no se quedaba atrás con su vestido cariátide asimétrico, su única manga de inspiración andaluza y sus joyas. Estaba espléndida.
5 Belén Esteban eligió tirantes, encaje y el blanco roto más clásico en este modelo romántico de Virginia Abzueta.
6 Alma Cortés, la hija de Raquel, llenó su escote de rizos de tul con el vestido más nupcial de las invitadas.
7 Amor Romeira se fue al folclore de sus raíces con su modelito de rizada espuma de mar, by José Perea. Y en ella, la exageración tenía su salvaje belleza.
1 Isa Pantoja y Asraf Beno se quedaron en muñecos de una tarta tan incierta como sus modelitos. Ni me gustaba el mono corto de ella ni su imposible rejilla, ni era lo ideal en ese blanco ligero y volátil que La Graciosa y una boda de playa inspiraban. Lo de las sandalias de fiesta para caminar por la arena era ya ‘demasié’. Un cromo.
2 Su novio tintó su traje de vainilla, como los cantantes de un hotel de tour operadora allende los mares. Y tampoco era lo fresco que debían representar los invitados masculinos. Otro cromo.
3 Este error sin personajes y más allá de la moda y de todo dress code, que sirva para aquellos que juzgan las emociones tangibles de otros, en cualquier circunstancia y venga como venga la vida.
Yo ayer me alegré de la emoción de mi querida Anabel y celebro su felicidad un día después de su pérdida. Ella, ya lo sabe bien y así se lo dije. A buen entendedor…
¡Enhorabuena, amiga! Que la felicidad te persiga siempre.