En España en una boda tradicional lo correcto y divino es el chaqué en los hombres o un sastre tradicional y vestidos cortos o midis en las mujeres. Nada de largos sirenas, nada de esmoquin, ni de looks de ultra fiestas. Pero los americanos son muy del dress code de fiesta y noche para cualquier ceremonia sea a la hora que sea del día. O sea, ellas de largo larguísimo y brillis por doquier y ellos con esmoquin.
Esta boda era americana, lejos del Reino Unido del novio. Al final lo importante para acertar es adecuarse al dress code que marquen los novios. Los gustos, la clase y la elegancia, ya son cuestión de cada cual. Hay quien las tiene innatas. Y los hay que ni aunque las robasen. Comprarse no se compra. Eso está más que claro.
1. La novia. Su Valentino clásico. Ella estaba más guapa que el novio, la verdad. Pero esto es una cuestión de la caprichosa genética. Nicola Peltz estaba guapa en todos sus looks de novia. Brooklyn no tiene nada que ver con su padre.
2. David Beckham ha madurado a su favor. De joven tenía pinta de horterilla y ahora tiene un puntazo.
3. La madre del novio no era un error. Pero su vestido lencero plata tampoco era el ‘novamás’ la verdad para todo lo que suscita siempre la ex chica picante.
4. Rachel Zoe se comió a Victoria en protagonismo con su vestido joya.
5. Eva Longoria tiró de corporativismo y se vistió de su amiga Victoria Beckham con este negro simple y efectivo.
1. Ted, el abuelo del novio, y su esposa Hilary podrían haber pasado por dos animadores de crucero de low cost en la cena del capitán. La espalda del vestido de ella dejaba ver la faja. Todo muy fino. Qué espanto.
2. Si a las Williams no les reventaron sus vestidos con el primer canapé fue un milagro divino. ¿Tan difícil es comprarse un modelito de sus tallas? Será por money.
3. El vestido floral de Louise Adams, hermana de Victoria, tampoco era lo más de la fiesta. O al menos a ella le quedaba de cuadro con esos ‘zocotroncos’ de zapatos.
4. Lo de la pajarita brillante de Jonathan Cheban, amigo de Kim Kardashian, era para gritar.
Claro que hablando de materiales brillantes y de gritos, si alguien encuentra una boda este 2022 con más ‘brillis’ imposibles e invitadas de encerrar en un faro para alumbrar mil mares le damos un premio.
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