Que el mundo de las telenovelas dio un vuelco mundial con la llegada de los turcos, sus historias imposibles y delirantes y sus protagonistas de infarto, es una obviedad. Lejos quedan en nuestra retina televisiva aquellos galanes sudamericanos de las novelas de los 90.
Hoy, lo que ‘peta’ el planeta de los seriales de la televisión son tipos como este Can Yaman capaz de derretir el mundo con una mirada o un golpe de cadera y que tiene en su Instagram la friolera de 7,3 millones de seguidores enloquecidos y muertos de amor.
Su físico es tan rotundo como su éxito, no sólo con las mujeres, pero ¿qué es lo mejor y lo peor de su imagen?
1. La genética hizo lo suyo, su naturalidad más brutal y sin atrezzos es sin duda el primer acierto de todo lo que proyecta al mundo con su imagen este cañón de señor.
2. Me gusta cuando se convierte en él, con todo lo terrenal, más allá de su look cañero y estudiado de Sandokan de nueva era.
3. Me gusta infinitamente más con su ‘beauty’ más depurado que con la melena salvaje y ese punto de estudiada dejadez.
4. Una simple camisa marina con rayas blancas con un 'jeans', sin ‘joyeríos’ ni extravagancias de vaquero, le convierten de golpe en este cañón atemporal.
5. Y me gusta mucho cuando se viste de calle, con todas sus tendencias y modernidades, pero sin personajes.
LO MEJOR DE SU IMAGEN está en esos momentos en los que no enturbia todo lo brutal de su arquitectura y su belleza con sus looks más farragosos. Él se sobra y se basta para ser lo más con dos simples trapos y una sonrisa.
1. No tengo que dar muchas vueltas para empezar sus errores con la vulgarización de muchas de sus prendas favoritas.
2. Ni me gustan sus sobacos al aire continuamente, ni su exceso de ‘platerío’, ni sus prendas desgarradas como de tribu urbana trasnochada. Un tipo, por guapo que sea, sólo puede estar en sobacos en su casa pero salir a comer de esta guisa como que no…
3. Tampoco me gusta ese desfasado punto de vaquero sexy, al que yo nunca le encuentro el punto más allá de una peli para adultos.
4. El estudiado desaliño también tiene un punto límite, por menos de nada te conviertes en un náufrago de dudoso perfume. Y eso, se pongan como se pongan muchos, más que de sexy es de ‘punto hortera’.
LO PEOR DE SU IMAGEN está precisamente en ese punto que puede convertir en vulgar y tirar por tierra todo lo maravilloso y rudo de su físico y esa masculinidad más primaria suya que nos encanta.