Aciertos y errores de los Premios Princesa de Asturias 2020
La reina eclipsa hasta repitiendo su divino Delpozo que la hizo estrella internacional no hace tanto. La princesa Leonor no se baja del tacón, pero esta vez se ‘amaruja’ hasta lo insospechado. Y en las calles de Oviedo no suenan las eternas Gaitas.
Teníamos bien claro que esta edición de los Premios Princesa de Asturias iba a ser diferente, como diferente está siendo todo en la vida en estos tiempos locos y eternos de pandemia.
Pero lo que no tenía tan claro es que el modelito de Leonor me iba a desencantar hasta tal punto. Qué rabia me da que nadie haya invertido las maletas para que esta tarde la princesa de Asturias hubiese llevado ese estupendo look de jersey de angora con el Toisón de oro, su manga francesa y aquella falda perfecta del Desfile del Día de la Hispanidad. A pesar de ser tan de ceremonia matutina podría haberse convertido en un perfecto cóctel en estos premios.
Con el cambio habría borrado de nuestra retina este fatídico look de hoy que parecía un calco, en versión ‘pocket’, de los modelos eternos de doña Sofía. Que en la reina emérita me gusta por su clásica y regia imagen, pero en una adolescente… Que parecía una abuela, vaya. Por correcto que fuese el conjunto.
Aciertos
1. La reina no falla jamás desde hace tiempo. Este Delpozo exquisito, que ya subí al altar de los estilismos de doña Letizia en su día, volvía a triunfar. Es un cóctel perfecto. Marca España, azul tinta, rosetón eterno en un hombro, manga francesa… Chapó.
2. La infanta Sofía se lleva el triunfo juvenil en esta ocasión, muy por encima de su hermana. Su falda verde profundo, su cuerpo ‘mint’ con lunares como el plumeti, sus bailarinas de terciopelo...
3. La reina Sofía usó sus grises fetiches en un tres piezas clásico de los suyos, pero reinventado en un print. Y estaba infinitamente más joven que su nieta Leonor.
4. El rey no cesa en su corporativismo con el Principado de Asturias y sigue eligiendo el azul, tanto en su sastre de sutil raya diplomática como en el azulón de su corbata.
Errores
1. La anfitriona mayor de estos premios no fue la mejor en cuanto a su imagen. No por lo incorrecto, está claro que no lo era. No porque estuviese fea, ella es dulce y engrandece cualquier desliz.
Pero tengo claro que algo falló para que a una jovencita como ella, que suele despertar cariños y empatías absolutas, la vistiesen como si tuviese 60 años. No me gustaba la falda bajo la rodilla, menos aún los cortes rectos, ni los saloncitos de medio tacón.
Podría haber estado muchos más ‘fresh’, como el año pasado o como en el 12 de octubre. ¡No digo más!