Nadie podrá decir, ni siquiera los más críticos, que el armario de la reina Letizia no ha sido perfecto en este viaje a Oviedo con motivo de los Premios Princesa de Asturias 2019.
La protagonista era Leonor, Princesa de Asturias, con su primer discurso oficial lleno de sonrisas y complicidades ante esta cámara con los mismos trece años que tenía su padre cuando lo hiciese por primera vez.
Pero si ha habido otra protagonista absoluta en todo este periplo ha sido la reina y su vestuario, por encima, así es la vida, de cualquiera de los invitados.
Rojo español, ha sido la elección de la reina para esta tarde noche de premios, después del espectacular Pertegaz que lucía durante la jornada y del perfecto bustier plisado de plumas con pantalones de anoche, de mi amigo Burillo y su internacional The 2nd Skin Co.
El Pertegaz llegaba 15 años después de su complicado vestido de novia, de la firma española.
1. La reina Letizia y todo su baúl.
El vestido midi rojo de los premios, con cinturilla bordada en cristal era correctísimo, pero no podía superar al rotundo y exquisito Pertegaz, en gris y coral estampado, con lazada al cuello, de la jornada diurna.
Tampoco se queda atrás el estupendo bustier rosa plisado de plumas de The 2nd Skin Co que anoche llenó de glamour a la reina.
2. La Princesa de Asturias, su naturalidad y su dulzura. Y todos sus guiños familiares y ancestrales en su discurso.
3. El azul corporativo asturiano ha sido el otro guiño de Leonor al principado de Asturias, en el pale blue de su vestido con bailarinas. Azul también, pero royal, la corbata del rey Felipe VI.
4. Que tanto Leonor como la infanta Sofía hayan abandonado las trenzas infantiles para lucir melenas naturales, más acordes con el inicio de su adolescencia.
5 El vestido crudo de la infanta Sofía y las bailarinas.
6. El estilo clásico y sin estridencias de la reina Sofía. El no cambiar con los años también es a veces un acierto.
Errores
1. La exministra Pilar del Castillo y su original corto de lana gris, que habría sido más apropiado para una ceremonia matinal con almuerzo. Los ‘zapatroncos’ daban miedo y prometían estrangularle la poca circulación sanguínea que le quedase.
2. Si no fuese porque casi me ha costado reconocerla habría sido un acierto el espléndido traje de chaqueta negro con blusa blanca y gemelos joya de Alicia Koplowitz.
3. Que la cirugía está muy bien si nos mejora (la reina es un ejemplo clarísimo) me parece estupendo. Pero si necesitamos colgarnos una chapa con nuestro nombre para que nos reconozcan… Miedo.
4. Que había invitadas como vestidas por sus animales de compañía, lo afirmo. (O sea, que sus perros y gatas tienen más gusto hasta lamiéndose sus partes).
5. Que había invitados que sacaron el traje de los entierros del siglo anterior, lo constato.
No dejará de sorprenderme nunca que nadie les diga a muchos de nuestros representantes públicos y algunas de las figuras de nuestro tejido empresarial lo que significa una ceremonia u otra, lo que es un cóctel o un sastre rancio o simplemente el clásico ‘donde fueres, haz lo que vieres’. Que no cuesta tanto.