Aciertos y errores de los Reyes y los Trump: Letizia y Melania rivalizan
Después de varios días recorriendo Estados en visita oficial y tras la polémica inicial en los mentideros por el pobre recibimiento a ritmo de soul en la llegada de Felipe VI y doña Letizia, este martes 19 de junio llegó la cita histórica de los Reyes de España con Donald y Melania Trump en la Casablanca.
Pocos errores de protocolo de moda hay en esta cita, más allá de la estética pura y dura, salvo los esperados por parte del presidente americano, pero esto, a estas alturas de su película, no nos sorprende.
¿Qué hace al presidente americano llevar sus sastres como los lleva y tener el mismo poco gusto que intención de dejarse aconsejar? ¿Cómo una mujer sofisticada y cañón como Melania Trump no es capaz de quemarle el vestidor y comenzar desde cero?
El armario de Doña Letizia en todo este viaje ha sido impecable, y hoy, no iba a ser lo contrario, su rosa chicle chic es más que un guiño a uno de los colores fetiches de la primera dama americana. El acierto estaba cantado. Melania no se ha quedado corta con su exquisito midi floral.
ACIERTOS
1 El rosa chicle de la reina Letizia en su corto con cinturilla gold, en sus stilettos y su cartera de mano. Perfecta su melena natural, su ausencia de joyas ostentosas y su estudiada amabilidad. Ésta, a pesar de las críticas en España sobre su carácter, triunfa socialmente en el extranjero, donde ven a nuestra reina como una mujer amable, sonriente y sumamente sofisticada.
2 El midi, falda volumen, estampado floral de Melania Trump en caki y blanco. Stilettos caki. Melena natural y perfecto make up. Sin cartera, pues recibe en su hogar y con la misma sonrisa de cordialidad de doña Letizia. Estupenda.
3 El sastre clásico marino de Felipe VI, Camisa blanca impoluta y corbata de rayas oblicuas en azul y blanco. Más que correcto.
ERRORES
1 Donald Trump. Sus looks farragosos son dignos de un desglose, porque todo resulta error a pesar de no serlo a priori.
NO a esa manía de llevar el traje abierto. Si un traje es tan incómodo como para no llevarlo cerrado ni en la foto oficial, salvo que fuese un tres piezas con chaleco, es que no es de la talla adecuada. Error de manual en un señor con el poder económico y social como el suyo.
NO a la corbata ‘tapa barrigas’ de la longitud y la anchura de las que llevaban los setenteros en la época post hippy. Nada tapa mejor una barriga que un buen sastre a medida y cerrado, independientemente de si es la talla 50 o la 70.
NO a los pantalones tan anchos de pata como de cintura, este truco en vez de estilizar ensancha y aplasta a cualquiera y en el caso de Trump, que ya es corpulento de por sí, le convierte en un troncho.
NO al me hago un flequillo con el largo de un lateral para disimular la calvicie, como si esto fuese más estético que un peluquín de toda la vida. Del color trigo de otoño ni hablamos, claro.