Sé que todo lo que diga hoy acerca de Belén Esteban y su vestido de novia será cuestionado por algunos como un acto de peloteo por ser compañeros de una cadena tan poderosa como Mediaset, más allá de la objetividad con la que llevo tantos años haciendo esta columna de opinión de moda para esta misma empresa.

La opinión es precisamente eso, una opinión libre y particular, aunque esté basada en mis conocimientos de moda y protocolo. Y habrá, lógicamente, miles de opiniones distintas, pero tan respetables como la mía.

Hoy, pocos días después de analizar los looks de los invitados a la boda protagonista en toda nuestra programación y de mi análisis en esta misma columna y en Viva la Vida de Telecinco, me han pedido que hiciese mis históricos Aciertos y errores sobre la novia, sólo sobre ella.

Así que me toca escribir y opinar de Belén Esteban vestida para su deseado enlace, que no es una novia normal y corriente. Y como yo siempre he trabajado bajo la libertad de expresión e intentando aplicar mis conocimientos y también mi apreciación personal a cada crítica, aquí dejo mi análisis, un ejercicio por el que me pagan, obvio, pero por el que lo hacen con total honestidad, diga yo lo que diga. Y lo agradezco siempre a mis jefas.

Que vaya esto por delante para todos aquellos que dirán y cuestionarán. Porque para mí, Nacho Montes, Belén Esteban estaba tan guapa y tan apropiada que no podría decir otra cosa que no fuese lo que pienso.

¡Vamos a ello!

1. El vestido de novia. De la sevillana Fátima Álvarez-Ossorio. Romántico y delicado. Apropiado para cualquier ceremonia porque era tan medido y tan clásico que no podía fallar. Me gustaba su exquisito chantilly floral sobre el canesú transparente, su corte, su manga francesa, el volumen de su falda… Belén estaba guapa y tremendamente favorecida.

2. El peinado. Un semi recogido natural, alto, raya en medio, flequillo dividido. Era muy apropiado para esta ceremonia y para este vestido romántico y estilizaba a la novia.

3. El ramo. Romántico al extremo, en blancos, naturales y cremas. Superacierto para este vestido y recogido de novia.

4. Las joyas. Los pendientes de oro blanco y diamantes pera, la pulsera trenzada y el brazalete. Exquisito joyero de Yanes.

5. La felicidad. Habría sido imposible no ver en la piel y en el entonado makeup de Belén Esteban la felicidad que emanaba.

No los encuentro, sinceramente, a pesar de lo que algunos habrían creído en ese fin de semana de trío de novias de órdago.

1. Por poner un pero, más allá de un error estilístico, me habría fascinado como periodista ver a su marido y a su hija en esta portada triunfal de Hola. Pero esto, obvio, jamás podría ser una crítica. Me alegra, de verdad, haber realizado estos Aciertos sin errores de una compañera que siempre ha sido correcta y educada en el rato personal conmigo y a la que deseo felicidad a raudales, que ya le tocaba.

Y si algunos han de decir, que digan, que a mí me la refanfinfla.