Aciertos y errores de la boda de Carles Francino e Izah

divinity.es 02/07/2018 15:48

El actor Carles Francino y la cantante Izah se dieron el ‘Sí, Quiero’ en una ceremonia curiosa, romántica, con looks inconexos pero muy particular, como lo ha sido, discretamente, la relación de amor de esta singular pareja.

En el entorno idílico del Castillo de Tamarit, en Altafulla, Tarragona, y rodeados de buenos amigos, como Megan Montaner, Macarena Gómez o Andrés Velencoso, los novios hicieron alarde de amor, complicidad y buen rollo. Y eso es lo más importante en cualquier enlace.

Pero, ¿por qué el novio se vistió de esmoquin y los invitados fueron tan informales?

Por el atuendo general de los comensales, el código de vestimenta era el de una ceremonia fresca y poco encorsetada, muy alejado del protocolo que deberían cumplir los invitados en una ceremonia clásica. Así que aquí lo que valía era la naturalidad, la ligereza, la frescura y no los excesos, ni los sastres plomizos, ni lo rígido de cualquier boda tradicional. Y por supuesto, lo que no valía eran los largos noche, ni los vestidos de fiesta.

Ella se vistió de novia romántica.

Él se vistió atrezzado, muy de cómico con toque bohemio.

ACIERTOS

1. La novia

Eligió Pronovias y un vestido romántico, de encaje floral, escote V con cola y velo de tul, pelo retirado de la cara y pendientes de perlas. El ramo silvestre. El maquillaje adecuado. ¡Bien!

2. El traje de chaqueta de rayas, ligero y cruzado con lazada de Macarena Gómez era un estupenda apuesta para el momento y la luz del lugar.

3. Andrés Velencoso y su sastre gris azulado con camisa desabrochada. La naturalidad de un invitado a una fiesta veraniega de costa, más que a una boda estricta al uso.

4. Aldo Comas, su sastre de lino azul, sus lunares y sus zapatos fresas de verano puro. Acierto también en este tipo de boda.

5. Megan Montaner eligió un jumpsuit tropical en azul y lima. Por gusto le sobraba la cola lateral, pero era apropiado para ese día.

ERRORES

1. El novio

Es cierto que más allá del protocolo clásico en cualquier ceremonia el dress code de una boda lo marcan los propios novios. Pero si ese código de vestimenta en vez de favorecer enturbia o caricaturiza la imagen implica que nos hemos equivocado en la elección. Eso le pasó al novio. Su esmoquin, a pesar de ser pesquero y sin calcetines en ese intento de frescura del resto de invitados, era más propio de una boda nocturna y muy festiva, no de un romántico enlace mediterráneo de tarde. Sus gafas de sol y el bastón eran un guiño informal que no le salvó del error. Habría estado mucho más fresco con un sastre ligero, ese mismo bastón y sus gafas.

2. El novio de Montaner, Gorka Ortúzar, no entendió la frescura de esta boda y lo de la pelu tampoco es su fuerte. Así es.