Melendi se casa de luto cañí
Nunca jamás. Eso habría pensado yo en tantas bodas del ‘artisteo’ en las que vemos cada drama estilístico que uno se jura y se perjura que jamás volverá a ver una novia tan fea, o un novio tan de cuadro, o un desparrame tan pachanguero, o yo qué sé qué otro percal.
Pero mira por dónde, nunca se puede decir nunca jamás, porque uno se tiene que comer las palabras dobladas.
Esto ha pasado este fin de semana en la boda de Melendi en el Castillo de Batres y no en San Lorenzo de El Escorial, después de jugar al despiste con la fecha y lugar y tener a las pobres niñas que van a sus conciertos esperando horas y horas en un sitio por el que nunca pasó nadie. Así me lo contaron ayer en la Romería de la Virgen de Gracia, en San Lorenzo.
El cantante dio el sí quiero en una boda jolgorio llena de despropósitos en cuanto a los modelitos. Si los novios pinchan ya de entrada, y no me refiero a la música de la ‘discoteque’, mal vamos. ¡En el vídeo tienes todas las fotos!
1. El cuello halter tinta de Rosanna Zanetti era un alivio entre tanto terror.
2. El traje de chaqueta rosa de Vanesa Martín dulcificó también tanto look amargo.
3. Que los novios se lo hayan pasado pipa y hayan disfrutado como niños su bodorrio, más allá de sus looks, tiene que ser acierto por lógica.
1. El novio y sus terribles atuendos. No sé si pedirme para los Reyes el look de palmero de ‘colmao’ en negro integral (incluida corbatita) con cinturón panamericano de colores o el chándal con camiseta que ventiló después de la gala de Cadena Dial para cascárselo como segundo modelito de su enlace. Por mucho que lo firmase Balmain, el `modeli chandalero’, digo.
2. La novia y su vestido corto de segunda opción que bien podría haber pasado por un disfraz de la gallina Caponata para el fin de fiesta. Vamos que este también se lo pido a los Reyes para alguna fiesta futura de disfraces.
3. La primera opción de la novia habría sido lo único correcto y hasta coherente de la boda pero claro visto lo visto uno ya no tiene ni idea de si ir normal aunque no espantosa es un acierto o un error.
4. Que el sable de cortar la tarta (¿esto se sigue haciendo?) sea más grande que los dos novios juntos uno encima de los hombros del otro es como mínimo para no quitarle ojo a su trayectoria en toda la noche por miedo a un desliz.