Si hay alguien en el panorama ‘celebrity’ que da siempre que hablar se ponga lo que se ponga o se quite lo que se quite, porque ella es la reina del vestido sin tela, esa es la vallecana Cristina Pedroche.
No sé si los que ven sus nocheviejas se comen las uvas o se atragantan con ellas, pero lo que está claro es que quedarán en las retinas históricas de la televisión en España sus vestidos ‘no vestidos’ en las gélidas noches de Fin de Año.
Presentadora, actriz, modelo ocasional, mujer del cocinero de look más ‘strong’ del mundo mediático, Pedroche tiene en el exceso una de sus armas. Pero, ¿gana con ella todas las batallas o fracasa cuando las lleva al extremo?
1. Acierta cuando su noche es terrenal, como con este polvo de estrellas ‘glitter pink’ y su ‘escotazo’ de pura noche…
2. Cuando menos se ‘atrezza’ y llega a un evento, como saldría a cenar un día especial con sus amigos, es cuando más me gusta.
3. Ella se llena de colorines a menudo, pero el rojo y el negro son súper aliados de su rotundo físico.
4. Un buen favor le hicieron unas conocidas planchas de pelo porque nos la presentaron con aquel espléndido ‘hair’.
5. Utiliza bien sus ‘makeup’ más rotundos y los clásicos. El rouge pocas veces falla. Y tampoco lo hace el maquillaje natural con intensidad en la mirada.
LO MEJOR DE SU IMAGEN está precisamente en esas veces que utiliza con cordura la rotundidad de su físico y cuando mide el exceso para explotar su sensualidad sin llegar a la ordinariez.
1. Todos la recordaremos siempre por muchos de sus looks de escena, es decir, por esos modelitos imposibles para dar las campanadas y el campanazo. Y esos son, para mi gusto, los que menos explotan y resaltan su belleza, aunque parezca lo contrario. El de la última nochevieja, esa escultura en negro y oro se salva de la quema, lo merece. Pero todos esos modelitos de nocheviejas anteriores a base de flores en gasitas de dudoso gusto cubriendo un biquini, ¡NO!
Lo estupendo de su físico es innegable, pero el punto hortera de esas ‘noches escandalosas’ no será, lo tengo claro, lo mejor de su imagen. Por muy bien que funcione como escaparate mediático teatralizado.
2. Su ‘street style’ del día a día tampoco es lo mejor de su armario.
3. Tampoco me mola su momento chándal ‘esponsorizado’, no deja de ser un nuevo ‘pluf’ de aquel, ‘con mi chándal y mis tacones, arreglá pero informal’.
LO PEOR DE SU IMAGEN se reduce en gran medida a esa manía de ‘teatralizar’ de manera exagerada sus curvas y su lady súper sexy, que es obvio que lo tiene. Pero exagerarlo con atuendos ‘vulgares’ lo dinamita.