Aciertos y errores de la boda de Elena Tablada y Javier Ungría

Poco después del mega posado de David Bisbal y su ya mujer, Rosanna Zanetti, en unas ruinas como de videoclip de ‘y es que eres la princesa de mis sueños encantados, tantas guerras he librado por estar aquí a tu lado…’, más que unas fotos monas de cualquier pareja del mundo terrenal, llega la boda de la ex del cantante. Es decir, la boda de la madre de su descendencia. O sea, Elena Tablada.

No ha sido el bodorrio religioso que planean Elena y Javier Ungría para diciembre en Cuba, no. Se trataba de una boda civil, supongo que trámite previo a ese bodorrio que llegará para Navidad, y en un juzgado de Miami. De día y todo, se suponía, con mucha naturalidad.

Hasta que llegue la fecha del 'sí, quiero', en la Iglesia de San Juan de Letrán de La Habana, de momento analizamos los looks de esta ceremonia civil elegidos por los novios.

En un trámite como éste, y aunque sea en época vacacional, ¿vale cualquier cosa? ¿Es viable que la novia vaya con un corto tan corto como de fiesta ibicenca en la playa?

¿Qué sí y qué no debemos permitirnos? No es lo mismo si es un simple trámite o un posado en toda regla, como es el caso. Si fuese el trámite sin más, podríamos ir de cualquier manera dentro de unas normas mínimas de urbanidad, obvio. Pero claro, cuando unos novios deciden vender su exclusiva y posar para una revista con todos los procesos, incluidos el de la boda civil, ¿vale cualquier look para celebrar ese mismo trámite? La respuesta es clara: ¡NO!

ACIERTOS

1. El novio hizo de la normalidad su indumentaria para este trámite posado. Blazer azul, camisa celeste y pantalón beige. No corbata y mucha naturalidad. Pues bien.

ERRORES

1. La novia hizo todo lo contrario, cero naturalidad y todo muy estudiado, que no acertado. El mini mini vestido de novia era muy cuco para una fiesta del ‘coco loco’ en un chiringo de moda pero no era lo más apropiado para el juzgado, ni para una ceremonia aunque fuese civil. Y eso que ella en sí estaba mona.

2. Si ya rizamos el rizo, y aunque esto sea más estética que error en sí, no le pillo el rollo al encaje arremangado a una cadera sobre el cuerpo liso en un vestido tan pequeño. O faltaba vestido o sobraba tela y encaje. O una se dedica al mundo de las vedettes. Una de tres.

3. Tampoco le pillo el rollo a su cola de caballo sobre melena suelta y rebelde, muy de me voy a la playa y me tomo dos birras en el chiringuito antes de la paella. No era necesario un súper peinado de novia, eso lo dejaremos para el bodorrio, pero no sé, un ‘me fui a la pelu a ponerme un poco mona para mi boda civil’ habría servido. Vamos digo yo.

Poco más que rascar, que cada cual saque sus conclusiones.