Puntadas con y sin hilo de la segunda jornada de la Fashion Week Madrid
CUSTO
⬇️ SIN HILO
El trasnoche de Custo presagia resaca
Da igual si es verano o invierno, si es de ayer o de 1990, si es en Madrid o en la conchinchina, Custo siempre hace lo mismo y ni se inmuta. Es decir, que vaya rollo de desfile interminable para seguir viendo lo mismo de siempre. A veces creo que tiene un armario gigante en el que guarda sus brillis, sus prendas de glitter con flecos o sus vestidos de lurex tornasol a los que este año, por cosas del azar, les ha colocado unas mangas trompeta.
Sus cazadoras de oro y seda estampada y sus carteras de mano maxi se podrían rescatar de esta fiesta con garrafón que presagia una resaca de las de aúpa, donde los trenchs de vinilo transparente, los abrigos con flecos y las ultra minifaldas rosas con rabos de conejo prometen torturarnos la mente hasta el martirio. Los abrigos ignífugos dorados rematan una fiesta en la que las modelos llevan gafas con los cristales pintados con grafiti, vamos como para perderse la visión de la vida. Fatal premonición.
DUYOS
⬆️ CON HILO
La Costa Rica de Duyos vibra en verde
Unas tentejuelas maxi se agitan haciendo música como alas de guacamayo en los vestidos de la Pura Vida de Duyos. Los verdes tropicales viven en sus pantalones fluidos y femeninos con cinturillas de lazadas. Rojos con rosas. Azules de mar. Verdes intensos. Oro. Maxi pendientes de hojas extra fresh en vidrio y plástico. Así ve Duyos ese trópico refrescante y generoso de Costa Rica de cataratas y tucanes, de cafetales y volcanes. Sus vestidos plisados en rosa estampada podrían llenar de más frescura, si cabe, una selva tropical. Me han sobrado las extramangas farol planas y los lazos zapateros descomunales en algunos vestidos pero todo me sigue encantando de esa mujer Duyos tan exquisitamente femenina con sus pantalones palazzo flotantes con blusas casi transparentes. Y de colofón sus vestidos y sus faldas vegetales, de hojas verdes, rosas y oro que se mueven al compas de una brisa que grita vida.
ROBERTO DIZ
⬇️ SIN HILO
Diz se pierde en Portugal y cuenta más de lo que enseña
Parecía que nos iba a presentar las texturas y el maravilloso color de Portugal, de donde dice Roberto Diz que ha bebibo para inspirarse en esta colección y en la mirada de la pintora Joana Vasconcelos. Pero yo no he visto por ningún rincón sus azulejos, ni su mar, ni sus costumbres más allá de unos pañuelos de sedas estampadas cubriendo las melenas y de algunos bordados. Cuenta Diz que ha recreado su folklore y sus costumbres pero yo no lo he pillado tampoco. Ni las ricas filigranas de oro, ni sus vestidos blancos de volantes gigantes, ni sus tejidos de red de pesca me llevan hasta los encantos lusos ni hasta su luz. No sé, quizá la resaca de Custo me tiene aturullado que tendré que darle otra oportunidad a Diz la próxima temporada.
HANNIBAL LAGUNA
⬇️ SIN HILO
La rana de Laguna no se convierte en príncipe ni aunque la besen de tornillo
Su rana gigante me hizo pensar que por fin un año Hannibal sería de verdad diferente. Y sus primeros vestidos en verde lo parecían. Hasta me gustaron sus cuerpos chispeantes de espuma glitter rosa y sus pantalones rosas con cuerpos de lazadas halter y hasta los rojos largos intensos con mangas abullonadas. Y sí, me encantaron sus vestidos de rayas en azul y cereza. Pero por aquello de que la cabra tira al monte pronto llegaron las organzas verdes tornasol, los drapeados imposibles, los bordados de ‘antañísimo’ y las cuentas de cristal de sus lavandas de toda la vida. Sí, lo juro, el lavanda de madrina desfasada volvió a llenar su pasarela. Y así se quedó la rana, sin beso ni leches. El día que salga de ahí un príncipe montaremos un fiesta.
ÁGATHA RUIZ DE LA PRADA
⬆️ CON HILO
Ágatha es toda ella una empresa
Poco importa ya si sus modelos salen vestidas de corazones andantes, de latas gigantes de tomate frito, de lámparas, de racimo de uvas, de manojo de globos, de tartas o de muñecos gusiluz. Poco importa porque Ágatha ha conseguido no tener más excusa que ella misma para mostrar lo que le da la real gana con el ingenio de convertir en comercial todo lo que a priori podría parecer imposible. Este año esa excusa era el 75 aniversario de la revista HOLA y entre sus letras gigantes sobre el tapiz de la pasarela pasearon holas y holas sus modelos coloristas con cazadoras de rizo amarillo, con vestidos oro de muñeco michelín, con texturas de todos los rosas, naranjas, rojos, turquesas y azulones posibles. Y a ella que tiene tino hasta para elegir la música de sus desfiles, todo le va, le va, le va... como a Julio Iglesias.
ROBERTO TORRETTA
⬇️ SIN HILO
Torretta busca a Marissa Bereson y no la encuentra
Tengo un dilema yo con Roberto porque me siguen gustando sus líneas puras y elegantes pero me he cansado de ver siempre lo mismo de lo mismo, aunque su filosifía explique no sé qué novedades. Dice que este año su creación se refuerza con la actitud de la modelo y actriz Marissa Berenson y yo no lo he visto por ningún lado a pesar de sus vestidos de noche de seda negra con pedrería. Vamos que podrían ser de cualquier otra actriz y dejarnos de cuentos. Más allá de esto está siempre la habilidad de Torretta de hacer de la napa su sello histórico de identidad. Este año metió sus minis de napa burdeos sobre vestidos de estampados liberty. Prendas sobre prendas que no le pegan ni le pillé el rollo aunque su piel siga siendo de primera. Si el próximo veo un atisbo de innovación le vuelvo a subir a los altares. Porque me temo que por este camino no le salva de la catástrofe ni Zara. Ironías.