'El glamour de los años de la Edad de Oro en América', así rezaba exactamente el dress code en las invitaciones de este año para la Gala MET, la alfombra roja más importante del planeta para el mundo de la moda.
Está mítica gala benéfica de primavera, con la que se recaudan los fondos anuales del Instituto del Vestido del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, da paso a la exposición del año en curso, este 2022 bajo el título ‘In America: An Anthology of Fashion’ o lo que es lo mismo ‘Antología de la moda estadounidense’.
Tocaba este año cumplir con esa Edad de Oro del Nueva York de 1870 a 1890, ese período de prosperidad y revolución industrial y cultural de los Estados Unidos de América.
Las sedas, los terciopelos, los rasos, los materiales enriquecidos, los flecos, las plumas, los corsés… El más es más en su más puro sentido. Así era esa Edad de Oro.
Como en esta gala casi todo vale y el espectáculo de la moda está por encima de todos los protocolos, fallar es más una cuestión de no cumplimiento del dress code y del gusto. Porque sí, hasta para el más es más todo es cuestión de un mínimo gusto. Con él pocas veces se falla.
¿Cumplieron con esa filosofía las estrellas del planeta? Pues pocas. Y eso que el dress code estaba bien claro. Lo de que los invitados no sepan ni lo que fue esa época o lo que es peor, que ni se hayan molestado en buscarlo, es como de traca.
1. Si hay una mujer que sabe llevarse a su terreno todos los dress code sin saltárselos y encima cumpliendo con todo el glamour del planeta esa es Sarah Jessica Parker. Su vestido de época de Christopher John Rogers rendía homenaje a Elizabeth Keckley, la primera diseñadora negra en la Casa Blanca.
2. Emma Chamberlain cumplió a rajatabla con dos premisas con su Vuitton. Una, la ultra moda de las faldas con crop top. Y dos, y más importante, la reinterpretación modernísima de la época de los corsés empolvados de esa Edad de la Inocencia literaria.
3. Rosalía cumplió doble. Supo atrezzar su look sin perder su bizarrismo particular, ese que a menudo me espanta, y su Givenchy se ajustaba con toda su exageración al código de vestimenta’.
4. Isabelle Boemeke reinterpretó en cuero los corsés de antaño. Eso y los volúmenes en oro.
5. Billie Eilish se cuela por primera vez en mis aciertos, me temo que no se repetirá. Y se cuela por derecho, pocos interpretaron mejor que ella anoche los vestidos de esos años de Oro.
6. Se trataba de eso, de interpretar una época. Y Jordan Roth lo clavó, hasta con su modernidad exagerada y nada exquisita.
7. Anna Wintour confió en Chanel para representar ese espíritu americano ya casi de los 20, que fueron otros años dorados llenos de plumas y flecos. No era la época exacta que marcaba el dress code, pero sí la interpretación emplumada de sus tocados.
8. Blake Lively y su vestido transformable de Versace nos trasladan a esa fantasía americana del más es más, a los vestidos armados, al volumen, a las superposiciones enriquecidas…
9. Ryan Reynolds se convirtió en esos galanes irresistibles de la Edad de Oro y estaba impecable. La pajarita blanca era el dress code perfecto para ellos.
10. Laura Harrier dio en el clavo. Total.
11. Vanessa Hudgens y Moschino convirtieron en transparencia un vestido de época.
12. Shawn Mendes habría sido un perfecto truhan, pero de los exquisitos, en esa Edad de la Inocencia.
13. En situación histórica estaba Fabiola Beracasa Beckman aunque no me matase de gusto.
14. Miranda Kerr se acercó, sin bordarlo.
15. Glenn Close sí sabe de épocas y de actualizarlas. Eso gritaba su abrigo rosa Valentino.
15. Que Julianne Moore estaba guapa, sí. Que era lo que se pedía, no.
16. Igual que el Alexander McQueen casi de cristal para Kaia Gerber.
Pero en estos dos últimos casos el gusto es un grado y declina la balanza.
1. Amy Schummer no tiene solución. Ella va por libre y si un día acierta será de chiripa. Y encima ni estaba mona.
2. Fredrik Robertsson se equivocó de fiesta. Eso o se bebió el agua de las jaulas de sus cacatúas y el destino ‘pajaril’ le castigó.
3. El rosa capote de Eaddy Kiernan no fue buena elección, lo tengo claro. No podía ser más ñoño.
4. El de Willow Lindley parecía un lienzo de Pollock, quizá nadie le dijo que se pasó varias décadas del dress code.
5. El de Lisa Airan era como de los 90, de nuestros 90. Esta sí que estaba en otro mundo o no fue al cole.
6. Amber Valleta y su vestido plisado Yves Saint Laurent son más del art decó que de la Edad de Oro, y esa es otra América de la riqueza que no era la que pedía el MET. Error.
7. A Priscilla Presley le debieron prohibir leer libros de historia.
8. Kris Jenner iba de sí misma como sin con ella no fuese lo de las inspiraciones.
9. Alicia Keys se vistió de diva neoyorquina pero de ahora, hasta con el skyline en su capa. Pero no, no era lo que se pedía.
10. Dakota Johnson y su jumpsuite de Gucci venían de otra party, como si lo viera.
11. Emma Stone se fue a los 20. Tampoco tocaba.
12. Kate Moss también se pasó el dress code por el forro, el de su abrigo de terciopelo.
13. Camila Cabello esta vez no estaba top.
14. Camila Mendes creyó que ir de dorado era cumplir con la Edad de Oro. Error de bulto.
15. Gigi Hadid y su Versace acolchado. ¿Era exquisito? Cero. ¿Emulaba la época que se pedía? En algo lo hacía. Pero ¿era cuqui al menos? Ay que me meo.
16. ¿El azulete de Caroline Wozniacki qué tenía de la Edad de Oro?
17. Franklin Leonard tiro de polisón en su traje de ceremonia y no, no lo pillé. Parecía que traía escondidos a sus sobrinos para que cenaran de gorra.
18. Charlotte Tilbury estaba tan dorada como tosca.
19. Venus Williams no cumplía en nada la etiqueta de esta gala, pero al menos hoy no estaba ordinaria. Algo es algo.
20. Taylor Hill, su mini vestido con botas y su capa como para envolver una Falla.
21. Ariana DeBose, que llevaba galas llenando mis aciertos, cayó en el error de la noche de no saber distinguir oros de Edad de Oro.
22. Lo de Megan Thee Stallion ya era por demás.
23. Lo de Melissa King si alguien me lo descifra igual hasta duermo.
24. Ah no, que no voy a dormir en días hasta que el tiempo me borre de la retina el modelito de Tommy Dorfman.
25. O lo de Irina Shayk y Lenny Kravitz. ¡Santa Madona!
Pues eso, que menos tonterías y más cultura. Eso necesitan algunas estrellas.