Se abrió la crisálida y la reina se hizo tangible. Doña Letizia cumple 49 años en el mejor momento de popularidad en esta década en la Zarzuela. No ha sido un camino de rosas, pero ha conseguido meterse en el bolsillo a muchos de esos que criticamos gran parte de sus actitudes años atrás.
En su contra estaba desde el principio y sin saberlo la propia reina Sofía, a la que el pueblo español admiraba y respetaba desde siempre. La sustitución, era un hueso. La eterna comparación, un escollo inevitable. A su favor tenía todos los escándalos de una corona que nunca nadie había cuestionado y que de golpe enturbiaban la imagen de aquel rey bonachón que parecía Juan Carlos I de España.
Los problemas judiciales de su cuñado, en la cárcel y enjuiciado moralmente de por vida, y las andanzas de su suegro, en boca de medio mundo, se convirtieron casi en un talismán para que Letizia, con un poco de inteligencia y una buena capacidad de trabajo, fuese forjando a esta reina que hoy es y que sirve de ejemplo de perfecta imagen ante los ojos de las monarquías europeas y de los mandatarios de gran parte del planeta.
Ella ha ido paso a paso comiendo terreno a las críticas y haciendo de sí misma la reina que los españoles querían después de años y años de Sofía.
Hay cinco claves en este proceso. Son mis síes de la reina Letizia de España. No son más importantes por un orden u otro. Todos, en su conjunto, conforman esto que vemos hoy de la reina.
1. Su nueva imagen no ha nacido en un día. Ha sido una carrera de fondo hasta llegar a esta mujer sofisticada y depurada al extremo. Se ha dejado aconsejar para llegar a mostrar esta imagen elegante, moderna y muchas veces chic que ahora vemos en ella.
2. Ha sabido mantenerse firme y templada, antes no lo era, para dejar que fueran las propias críticas sobre la Casa del Rey las se encargasen de destruir los demonios y ensalzar esta nueva corona que conforman ella, Felipe VI, la infanta Sofía y la princesa Leonor. Nadie más.
3. De ellos, de su familia real, donde ya no caben don Juan Carlos ni la corte de sus cuñados, también ha hecho una imagen nueva y simple de cara al mundo y al futuro.
Con un rey transparente y honrado y unas hijas que derrochan en público sonrisas y saber estar. Esto lo hacen en casa, aunque sea un palacio, las madres con sus polluelos y su entorno.
4. Se ha convertido en la perfecta embajadora de nuestra marca España cuando viaja oficialmente y ante los ojos de la prensa de medio mundo. Eso, no se hace con dos vestidos, unos tacones y un estuche de maquillaje. Eso lo consigue la preparación, la lectura, la inquietud por los acontecimientos, el interés por todas las expresiones culturales y el tener los pies en la tierra. Aunque sea sobre 12 centímetros de aguja.
5. Y ha conseguido con la aceptación silenciosa de las críticas, su esfuerzo le habrá costado, ganarse parte de esas simpatías que nos despertaba antaño la reina Sofía y que en ella parecían una meta tan lejana como inalcanzable.
El tiempo la puso en su sitio. Ese que yo creo que merece.
Nadie podrá negar que lo tenía casi todo en su contra a priori y que en tan sólo una década ahora puede decir que lo tiene casi todo a su favor. Yo fui el primero que criticó muchas de sus actitudes y su carácter. Yo soy hoy también el primero que reconoce en ella este trabajo de fondo como una hormiga para ir conformando el hogar que es hoy, a las puertas del 2022, la monarquía española.
¡Felicidades, majestad!