Habría sido difícil encontrar una novia fea o una boda fallida en un lugar como Santorini, la isla griega de la inmensidad blanca y azul, paraíso en el que María José Suárez y Jordi Nieto se han dado el 'sí, quiero', en un enlace de tres días de fiesta, de sol, de puestas de sol, de brindis y de amigos.
La novia estaba radiante. Cinco vestidos para tres días. Todos creados por ella, como los de las damas de honor, con un hilo conductor tan sutil como interesante. Ella de puro blanco siempre, como manda la tradición. Las damas en blanco, gris, con rayas y con toques florales nazarenos, lo exquisito y lo tradicional de su Sevilla en plena Grecia. En esa estampación exquisita noto la mano del maravilloso ilustrador que es Carlos Buendía.
Entre sus diez damas de honor, una espectacular Eva González y una despampanante Raquel Rodríguez. Así son las glorias del modelaje sureño español.
Y sí, había una exclusiva casi blindada, nada de información y un trabajo arduo para que esta semana saliese el '¡HOLA!' con todo detalle de tan magno evento. Pero señores, que esta pareja haya donado el importe de la exclusiva a una ONG para ayudar a niños necesitados en Mozambique hace que me guste más aún la boda y muchos de sus detalles.
¡Bravo por ellos y por este impecable Made in Spain de la Suárez!
ACIERTOS
1. La novia, por derecho propio. No sólo estaba guapa en sus cinco versiones, sino que nada se había escapado a su aguja en sus diseños románticos y sin excesos. Simplicidad más que bien calculada.
2. Su ramo era, en vivo, igual de sutil que las estampaciones de sus vestidos para las diez damas de honor. Fresco, mediterráneo, andaluz…
3. Chapó por ese hilo conductor floral entre las rayas de los distintos vestidos de todas las damas de honor, diferentes arquitecturas, pero con un mismo punto de unión y sentidos. Chapó por la mano ilustrada de Carlos Buendía, artífice de esas casi pinturas en unos vestidos que se convierten en lienzos, en las invitaciones, en los detalles de imprenta de la boda…
4. Eva González no podía estar más guapa con el pelo retirado y sus aros. Su falda con cinturilla extra femenina y su cuerpo floral. Andalucía pura.
5. Raquel Rodríguez y su escote halter joya impresionante, otra de las creaciones de la novia que ha demostrado con creces el buen hacer de su propia marca.
ERRORES
1. Por poner un fallo, pero que la novia no tiene culpa, a una boda diferente y más que interesante, éste estaría en los invitados masculinos.
Los amigos de la novia, podrían haber tenido un poco más de rollo y haber acompasado si no sus trajes, sí la forma de llevarlos. O todos oscuros, o todos azulones como el mar que los rodeaba.
O todos con corbata, o todos con la camisa abierta. Pero esa imagen de ellos, cada uno de su padre y de su madre, restaba frescura a la imagen de ellas, todas tan ideales y empastadas.
Sea como fuere, la boda griega a María José Suárez ha resultado ser una de esas cosas que quedarán en la memoria con más que un buen sabor de boca.