Así es Raquel Perera, la 'marciana' que conquistó a Alejandro Sanz
Le gusta el mus, los diseños de Balmain y la poesía. Será difícil que ya te supieses estos datos, porque Raquel Perera, la 'marciana' de Alejandro Sanz, es un ser que habita fenomenal en los segundos planos y apenas concede entrevistas. Lo que seguro sí te sonará es la foto con su reciente marido, los dos de blanco nuclear, que subieron a la red tras casarse por sorpresa en el bautizo de su hijo Dylan el año pasado año. Ahora ha emprendido una nueva aventura empresarial con unas exclusivas cremas francesas. Aprovechamos para indagar las claves íntimas de la mujer con "la risa más fresca de todas las fuentes" (Alejandro dixit).
"Lo más punky que he hecho en mi vida fue casarme por la iglesia", ha dicho varias veces Alejandro Sanz sobre aquella boda-bautizo en su finca de Jarandilla de la Vega (Cáceres) que pilló por sorpresa a todos, amigos incluidos. "Fue un día muy bonito, único y emotivo y todo transcurrió tal y como lo habíamos soñado", aseguraron ambos al subir la foto de aquel momentazo de mayo del año pasado.
Raquel, que se define como "cero consumista", compró su vestido de boda por internet sin dar su nombre. Es de los diseñadores M&M, de Marco Marrero y María Díez. Ellos no se enteraron hasta que lo vieron en todas las revistas.
También estuvieron en la fiesta los hijastros de Perera, con los que se lleva muy bien: Manuela Sánchez Michel (2001), hija de la modelo Jaydy Michel (1999-2004) y Alexander Sánchez (2003), hijo de la diseñadora Valeria Rivera.
Y Bisbal y Tablada, dos de los mejores amigos de la pareja. Raquel es madrina de Ella. Paco de Lúcía, el genial guitarrista, lo es de Dylan.
Como Alejandro, Perera es madrileña. Viven con el 'corazón partío' entre la capital española y Miami, donde tienen su hogar principal.
Suele utilizar su Twitter para temas profesionales, pero también deja pistas sobre los temas que le inquietan (suele compartir noticias sobre la crisis española y la corrupción) y sutiles perlas sobre su cotidianidad con la familia.
Sanz le dedicó el tema 'Marciana' de su último trabajo, que comienza así: "Te juro que es verte la cara y mi alma se enciende/ Y sacas al sol las pestañas y el mundo florece/ Dejas caer caminando un pañuelo y mi mano sin mi lo recoge/ Tienes la risa más fresca de todas las fuentes".
Perera estudió psicología, pero pronto se escoró hacia el márketing y la comunicación.
De hecho, Alejandro y ella se conocieron en el trabajo, cuando el mánager de Alejandro le contrató para trabajar para él, pero acabó llevándole los temas artísticos a Sanz (y no, no es un eufemismo irónico).
El mus es su pasión. Tiene una grupito de colegas con los que organizan timbas hasta las tantas de la madrugada, entre ellos Iker Casillas.
Los tacones no son su prenda fetiche.
No es precisamente una 'fashion victim' (ir de tiendas le da mucha pereza), pero Balmain es su diseñador favorito.
Navegar en el mar es lo que más le relaja. En Miami suelen salir con su barco a menudo.
Su hermana mayor se llama Sandra.
Le gusta que la gente que trabaja en su casa sea española y les cocine comida 100% mediterránea.
Los que la conocen la definen como inteligente, observadora y empática. Prefiere escuchar que hablar.
Se hizo empresaria "por casualidad", según ha explicado en alguna entrevista sobre su nueva faceta profesional: le salieron una manchitas en la cara, buscó una crema que le fuese bien, encontró la marca francesa Matriskin y le fue fenomenal. Como apenas se conocía en España y ni se distribuía al otro lado del Atléntico, decidió invertir en entusiasmo: las cosmética sería su nuevo proyecto profesional.
Fue el principal apoyo de Alejandro cuando su madre, María Pizarro, falleció el año pasado a causa de un infarto.