Ana Hidalgo, la primera alcaldesa de París que llegó desde Cádiz con 2 años
Le llaman Ana María en vacaciones, cuando visita a su familia en Cádiz, y Anne en el día a día, mientras inaugura carriles bici por las 'banlieues', entrega medallas a actrices afrancesadas como Carmen Maura o se manifiesta a favor del matrimonio gay y en contra de los malos tratos a las mujeres. Anne Hidalgo, nieta e hija de republicanos exiliados que llegó a Lyon con dos años, se ha convertido en la primera mujer alcaldesa de París. Así es esta socialista de 53 años, madre de tres hijos, amiga personal de Hollande (y no tanto de Carla Bruni), que ha vencido con un 53,34% a la otra candidata, la conservadora Nathalie Kosciusko-Morizet, con quien se lleva fatal.
Tiene media melena morena, facciones potentes y ojos negros. No en vano, cuando iba al colegio solían pensar que tenía genes árabes. Es el vivo ejemplo de integración y escalada social que a los manuales de inmigración les gusta describir, aunque dice que "nunca" se ha sentido una 'métèque', la palabra con que los franceses conocen a los extranjeros que viven en su país. Ella prefiere definirse como "europea". Eso sí, a juzgar por las encuestas, los parisinos se identifican con su bilingüismo, su estilo y su armario, entre sobrio y desenfadadamente colorido.
Su historia vital, casi de novela, comenzó en realidad antes de nacer: "Mi abuelo era socialista, de Antequera, y se exilió en 1939, al perder la guerra los republicanos con su mujer y cuatro hijos, entre ellos mi padre, que tenía ocho años. Pero él quería volver a España y le encarcelaron. Mi abuela murió al poco. Más tarde, mi padre trabajó en los astilleros de San Fernardo y cuando yo tenía 2 años nos fuimos a Lyon y luego a París", ha explicado en alguna entrevista.
Sus padres, Antonio y María, viven ahora jubilados en Chiclana. Aseguran estar "muy orgullosos" de ella, la niña morenita e inteligente que llegó a Doctora en Derecho y máster en Ciencias Sociales del Trabajo. También de su hermana María, que actualmente dirige una empresa en California. Pero sobre todo de sus tres nietos: Mathieu y Elsa, de 25 y 23 años, nacidos del primer matrimonio de Anne; y Arthur, hijo del también político Jean-Marc Germain, con quien Anne se casó en 2004.
A Jean-Marc Germain, mano derecha de la ex ministra Martine Aubry, le encanta tocar el piano y hacer bricolaje. La prestigiosa revista 'París Match' le dedicó un perfil como 'consorte' de Hidalgo, en el que explicaban que su entorno íntimo les define como una pareja "muy complementaria".
Otros medios prefieren subrayar que el rasgo distintivo del matrimonio es justo su diferencia con Sarkozy y Carla Bruni, con quienes ha coincidido en varios actor públicos. Se ha llegado a comparar el estilo de ellas, pero Hidalgo prefiere pasar desapercibida. Menos es más, parece decir en sus look cotidianos, basados en la naturalidad, los colores variados y las chaquetas de buen corte. Con quien sí se lleva bien Anne es con su jefe, Hollande, y con su nueva esposa, la periodista Valérie Trierweiler. Sobre todo porque no le gustaba la antigua, Ségolène Royal: se posicionó en su contra en las primarias socialistas hacia el Elíseo.
Hidalgo tiene un especial afecto además a Carmen Maura (a quien llegó a entregar un premio) y a Rossy de Palma, dos ilustres de la Movida. Incluso ha publicado un par de libros con referencias en el título a los ochenta españoles, firmados junto a Jean-Bernard Senon: 'Una mujer en la Arena' (2006) y 'Trabajo al borde de un ataque de nervios' (2010). En cuanto a política más allá de sus Pirineos, Anne no se corta. Dice lo que tiene que decir, normalmente en sintonía con la postura de la izquierda española: aseguró que "a Mariano Rajoy le falta diálogo con los ciudadanos" y que el debate de autodeterminación de Cataluña era "populista".