La estrella en Buenos Aires de la relaxing-candidatura de Madrid ha sido sin duda Ana Botella ¿Quién no ha sonreído con mala leche gracias a su café o arrugado el entrecejo con su peinado al libre albedrío? La relación de la alcaldesa madrileña con las peluquerías es larga y no exenta de polémica, como cuando hace dos años utilizó el coche oficial para acercarse a darse unas mechas. Recopilamos en 10 puntos su 'toma y daca' capilar, incluido su periplo en busca de la mejor henna natural. Ir a la pelu is fun!
-Para comenzar, una aclaración: salvo en su boda en 1977, en la que llevó un recogido, Ana María Botella Serrano (1954) lleva casi el mismo corte de pelo desde el principio de los tiempos. Tampoco cambia mucho de broches.
-Parece que uno de los motivos por los que acabó emulando al 'actor secundario Bob' (Twitter dixit), fue la tormenta que se desató en Buenos Aires minutos antes de su comparecencia. Se mojó el pelo y el resto es historia. Otros dicen que no tuvo nada que ver.
-Hace dos años, la entonces Concejala de Medio Ambiente fue muy criticada por usar su coche oficial para darse unas mechas en la peluquería 'Peque' (Avenida Filipinas, 18, Madrid).
-Es la misma que usan Ana Rosa Quintana, Isabel Preysler o la Duquesa de Alba.
-Uno de los puntos fuertes del local son las mechas de henna natural, que respetan mucho más el cabello gracias a la ausencia de amoniaco. Para quien no lo sepa, lo bueno de la henna es que: 1. Revitaliza y protege el cuero cabelludo. 2. Proporciona brillo y textura. El único detalle adverso sería que algunas de ellas tienen plomo. Y el plomo no gusta a los expertos.
-Cuesta unos 200 euros. Y el precio no gusta a la mayoría de las clientas.
-Otro de los establecimientos que Ana frecuenta, y que también destaca en su oferta el tratamiento con henna y pigmentos vegetales, es el salón de Inés Estébanez (Velazquez 100, en el exclusivo barrio Salamanca). Abajo, en dicho lugar.
-En los últimos meses, en el look de la Alcaldesa ha habido algunas variaciones. No sabemos si para evitar castigar el pelo en exceso, Botella ha aflojado con la disciplina y ha pasado del recio alisado total (más onda en el flequillo) al ondulado 'free'. Casi salvaje.
-También se ha observado que ha pasado de las mechas claras al tono más oscuro. Véase como muestra la imagen siguiente, en la que se encuentra en sendos acontecimientos sociales, como una boda o su investidura como Alcaldesa. Ahora, compárese con Buenos Aires.
-Allá por el 2008, Botella y Esperanza Aguirre compartieron a Rupert como peluquero. Ambas acudían al salón que el artista capilar tiene en el acomodado barrio de Moncloa, a diez minutos (en coche, eso sí) de su antiguo hogar.