Tras la 'abdicación' de Susana Díaz como 'heredera' de los socialistas, el apellido Madina ha sonado con fuerza a un lado y otro de la ría de Bilbao. Tanto, que Edu -así le llaman los suyos- acaba de anunciar su candidatura a dirigir el PSOE. Mientras sus colegas se deciden a votarle o no ("España necesita un shock de modernidad", ha dicho), él sigue paseando con libros en la mano de Hornby y Cortázar, escuchando a Satie o Los Planetas en su Ipod y llevando al cole a su hijo Unax. Te contamos algunas cosas sobre el chico vasco que jugaba al voleibol y soñaba con ser arqueólogo.
Madina nació en Bilbao (1976), es hijo único, historiador y conserva su cuadrilla de amigos de cuando era niño, que le llaman Edu, aunque lleva años afincado en Madrid. Primero como Diputado y luego como Secretario General del grupo socialista en el Congreso. Durante un tiempo, a principios del milenio, después de que muriese su madre, vivió también en Bruselas. Por esa época empezó a depurar su receta de alubias a la vasca, que ya son famosas en el hemiciclo al estilo de la paella de Banderas en Hollywood.
En el corazón de Europa fue donde conoció a la que se convertiría en su esposa y madre de Unax, su niño de cinco años. Ella es su apoyo fundamental. Se llama Paloma Villa, es sevillana (encarnan su propia versión de ‘Ocho Apellidos vascos’), habla varios idiomas y era también asesora del grupo socialista en el Parlamento Europeo. Más tarde, su experiencia internacional le llevó a trabajar para Trinidad Jiménez en Asuntos Exteriores. Hubo mucho revuelo cuando, tras intentar aprobar unas aposiciones a carrera diplomática, fichó por Telefónica.
Se casaron en 2006 en un barco que recorría el Guadalquivir y la boda contó con un DJ muy especial: Patxi López. El entonces líder vasco, muy amigo de Madina, es aún más melómano que él y cuenta con una colección de 8.000 discos, varios de ellos joyas en vinilo, además de tocar varios instrumentos. A Madina le gusta la música clásica (Satie o Bach), pero también The Smiths, los Pixies, Los Panetas, Kings of Convenience, Bon Iver, Bowie, Beach house o The Cure. Buena parte de sus temazos sonaron en aquella cubierta flamenca.
El abuelo Madina era minero. De él heredó su vena luchadora y obrera de la orilla izquierda. Se trata de una familia socialista ‘de toda la vida’ y el chico de los Madina, que ya daba clases en la Universidad y era concejal, comenzó a ser conocido en Sestao por no callarse. Esa exposición trajo consecuencias en un país en permanente conflicto: hubo un día, el 19 de febrero de 2002, con 26 años recién cumplidos, que cambió su vida.
"Hubo un antes y un después en mí", ha dicho él varias veces. Una bomba lapa explotó bajo el asiento de su Seat Ibiza. Perdió su pierna izquierda y tuvo heridas en los brazos y el corazón. Tuvo que dejar el UPV Bizkaia, el equipo en el que jugaba a vóley profesionalmente.
Sus padres sufrieron una depresión. Ambos. Y su madre murió diez meses después a causa de un infarto que Madina achaca a lo ocurrido. "En mi casa se hizo de noche y una sombra de pena y de tristeza envolvió a mi familia", dijo años más tarde ante el juez y los terroristas que intentaron asesinarle. Muchos en la sala se emocionaron. Siempre ha intentado no construir su imagen pública en torno a este hecho pero es inevitable que le pregunten en muchas entrevistas.
"Soy agnóstico del perdón, en el sentido de que ni lo afirmo, ni lo niego, ni me cuestiono por él (…) No lo he pedido, no lo necesito y no lo he dado, porque nadie me lo ha pedido. No me muevo en ese universo, me muevo en el de la justicia y la memoria", dijo a Vanity Fair. "El atentado de ETA me blindó contra el odio", dijo a El País.
Su casa está llena de libros. Él admite que durante unos años leía compulsivamente seis horas al día. Clásicos y no tanto. Hornby, García Márquez, Danilo Kis, Eloy Tizón, Camus, Zweig, poesía, ensayos históricos y políticos… 'Rayuela', de Cortázar, le encantó y le dejó en estado de 'shock’: "Me situó desnudo ante un espejo. Es curioso lo que me sucedió. Durante un tiempo, nada de lo que leía me parecía bueno, nada me satisfacía y todo me daba la impresión de ser literatura menor". Incluso escribió un blog de reflexiones, hoy desaparecido, llamado 'Molinos de papel'.
Muchas veces tiene que ir de traje, pero los viernes se pone polos, con lo que se siente más cómodo. Últimamente, de hecho, parece que se preocupa más por su imagen pública. Ha cambiado de gafas, ha incorporado camisas blancas y jeans a los mítines y se ha cortado un poco más el pelo. Sus 190 centímetros parecen sentirse mejor consigo mismos.
Además del voleibol, es muy fan del baloncesto. Le encanta Sergio Rodríguez, el barbudo jugador del Real Madrid que últimamente se está saliendo en la pista. También el fútbol y no perdona los partidos de su Athletic de Bilbao. Si sucediese, sería el primer líder socialista que no sea del Madrid o del Barça. Eso sí, prefiere a Messi que a Cristiano. En cuanto a redes, es muy activo y el tono suele ser cercano, terrenal, tirando a moderno. La música que está escuchando de camino al Congreso, si le gustó o no la peli de anoche, reflexiones sobre noticias machistas..
Madina, que se declara republicano (auinque tiene buena relación con Felipe), anti ley Gallardón sobre el aborto y pro matrimonio homosexual, también es amante de las series de moda. Está enganchado a Juego de Tronos y The Wire, aunque vive en este mundo y no lo niega: "No veo mucho la tele, pero sé quién es Belén Esteban y he visto Sálvame en algún momento corto, mientras zapeaba", dijo a Vanity Fair.