Es una de las voces más cálidas de la música española. Y también una de las cantantes que más ha defendido el valor de las mujeres. Tras su nuevo disco en francés, 'El cielo de París', abandera ahora el programa de Intermon Oxfam 'Avanzadoras', en el que apoya a "esas mujeres que son como los barcos rompe-hielo y creen que las cosas pueden cambiar". Hablamos con ella sobre este proyecto, su familia, los hombres de su vida y por qué se llenó el cuerpo de miles de lacitos morados.
La sede de Intermon Oxfam en Madrid tiene varios niveles de profundidad (literalmente). A pie de calle la tienda, donde se venden sus productos de comercio justo (camisetas, vestidos, un bolso diseñado por Judit Mascó para ellos, pulseras, chocolate...) y, a continuación, las salas de reunión donde se gestan los proyectos internacionales. De la epidermis al corazón. Quedamos con Sole Giménez en un espacio que podría ser la aurícula: quiere contarnos cómo bombean sangre a mujeres pioneras de comunidades de Mauritania, Colombia, Etiopía, Guatemala y, muy pronto, también Madrid.
"Son mujeres que avanzan y hacen avanzar... pero el término no existe, nos lo hemos inventado porque resume a la perfección lo que queremos decir", explica después de probar el té que las responsables de prensa de la ONG le han traído. Tiene más cajas de varios sabores en casa y asegura que no le importa pagar un poco más, ya que "hay que ser responsable con lo que se consume". "Si tú pagas mucho más barato de lo que vale, alguien pierde… y suelen ser los mismos", añade.
Pero no quiere desviarse. Ella prefiere hablar del proyecto que abandera y que acaba darse a conocer a la opinión pública. “Queremos que las mujeres no pierdan visibilidad, porque desgraciadamente en un mundo convulso como el de hoy las crisis son las excusas para muchas cosas, como por ejemplo la pérdida de derechos y de subvenciones. Somos al menos la mitad de la población y no podemos estar relegadas y silenciadas”, explica, muy seria y soplando el té.
Para darle más visibilidad en redes, "que es tan importante ahora", emprendieron una campaña paralela en Facebook. Por cada 'me gusta', Sole Giménez se pondría un lacito morado. En pocas horas consiguieron los mil primeros. Y suma y sigue.
Le pregunto si ella tiene algo de 'Avanzadora' en la música. Primero duda y luego afirma. "La música es un reflejo de la sociedad y también tenemos un esquema paternalista muy potente. No sería exactamente machista, que es el extremo, pero hay muchos límites". Con todo, asegura que no se trata de algo explícito: "No me lo han dicho, pero lo he notado. Campa como la mala hierba".
¿Y la mujer que cambió su vida? "Mi madre sin duda, ella sí que fue una 'Avanzadora'. No es una persona que se hay salido de sus límites, siempre ha sido ama de casa, pero ha tenido una actitud desafiante en la vida. Y eso es bueno. Recuerdo desde muy pequeña vivir en una sociedad en la que había señoritos y yo era del lado que trabajaba para ellos… y parece que se quiere volver a reproducir ese esquema. Recuerdo a mi madre siempre decir que no hay que amilanarse ante nada ni antes nadie, el respeto tiene que ser en todas las direcciones".
Pero defender a las mujeres no quiere decir, ni mucho menos, atacar a los hombres. Sole quiere dejarlo claro. En su vida ha habido varios muy importantes. "Muchos hombres han cambiado mi vida, muy cercanos. Mis exparejas, mis amigos… he tenido la suerte de tener en mi vida a hombres que me han enseñado lo bueno de ellos y que me lo siguen enseñando día a día. Merecen muchísimo la pena y me han tratado de igual a igual".
Algo que intenta que entiendan sus dos hijos, fruto de su matrimonio con el alemán Thomas Engel. El más pequeño, de apenas 13, no está muy interesado, al menos de momento, en seguir los pasos de su madre en la música. La mayor, a la que dedicó 'Mi pequeño tesoro' tiene 19 años y solo canta en casa: "tiene una voz preciosa, pero no le interesa nada esto de ser conocida", dice, orgullosa.