Elegir como nombre artístico Cat Power antes de conocer la invasión de vídeos de gatitos en internet ya demuestra la extraordinaria brillantez de esta mujer. Chan Marshall tiene 42 años y toca en Cartagena el sábado 15 y en Madrid el domingo 16. Esto ya se puede calificar de éxito teniendo en cuenta que hablamos de una artista frágil, que ha estado al borde del suicidio y ha padecido una grave enfermedad pulmonar. Pero es que además, Cat Power es una de las solistas más arrebatadoras de la historia de la música.
Viene con un disco, 'Sun', que publicó en 2012, coincidiendo con la ruptura con el actor Giovanni Ribisi. Sí, es un poco raro hacer ahora una gira para un disco que salió hace dos años pero es que en su día tuvo que cancelar los conciertos europeos debido a un angioedema y una bancarrota que la llevó incluso a ser desahuciada. En Cat Power todo es así, accidentado.
Fue precisamente coincidiendo con esa ruptura, como si quisiera celebrarla, cuando se cortó su eterna melena. Para que el revulsivo fuera completo se tiñó el pelo de rubio platino. Fue todo un impacto entre sus fans pero Cat Power está guapa de todas las maneras.
Fue un icono grunge, admiradora de Nirvana y peligrosamente afín a los demonios de Kurt Cobain. Pero también la imagen de las marcas más lujosas del mundo como Chanel, Lincoln o Marc Jacobs. Lagerfeld la fichó en 2006 al verla fumando un cigarro en la puerta de un hotel neoyorkino.
Afortunadamente Cat Power no consiguió matarse y ahora dice que ya no se quiere morir pero conserva un desequilibrio emocional que a menudo convierte sus entrevistas en un delirio. El periodista puede acabar teniendo que irse de copas con ella como en esta cita con The Guardian u obligado a palpar su tripa para comprobar lo que ha engordado como le ocurrió a El País.
Lamenta su desamor allá donde va y dice estar dispuesta a sacrificar su creatividad y no escribir ni una sola canción más a cambio de encontrar a la persona con la que compartir su vida. Arrastra una infancia difícil, con unos padres con problemas de alcoholismo y una vida nómada que le hacía muy difícil centrarse. Las drogas y la muerte la acompañaron también en su juventud en Atlanta, donde nació y desde donde se trasladó a vivir de la música a Nueva York. Es buena, lo era tanto ya en 1992 que no tardó en tener trabajo. Publicó su primer disco, Dear Sir, en 1995. Ha publicado otros ocho hasta el actual, Sun.
Sus redes sociales reflejan también esa personalidad sensible e inestable. Están plagadas de mensajes solidarios. “Quiero usar mi fama para algo bueno pero no sé cómo arreglar el mundo” dice. Ahora está especialmente sensibilizada con la tragedia de Iguala (México) pero también lo ha estado con los manifestantes de Ferguson o las mujeres desaparecidas en Ciudad Juárez. Describe con bastantes detalles sus enfermedades y malestares (Con fotos de las pastillas incluidas), todo con muchas mayúsculas, quejas por el bloqueo de algunos comentarios, vídeos de sus perros y frases poéticas entre nubes y flores. Pura Cat Power.
Su música, tan evocadora, es material de lujo para el cine.'Werewolf' convierte en magnético el comienzo de 'Los abrazos rotos', de Almodóvar. Puso la banda sonora a 'My blueberry nights' e incluso hizo un cameo junto a Jude Law.
El sábado estará en el Cartagena Jazz Festival y el domingo en La Riviera… ¿Qué se puede esperar? Una experiencia maravillosa como la de 2006 en Barcelona o un evento surrealista pero inolvidable como el concierto en Oporto en 2003 que narra Alfonso Cardenal en Efe Eme en el que no logró terminar más que dos canciones y besó a todo el que se dejó. Por si acaso, lo mejor es no perdérselo.