Lo que más les ha sorprendido a algunos del anuncio de la separación de Dover es que siguieran juntos. El grupo ha continuado publicando discos pero la mayoría de sus fans iniciales ya hace años que les había perdido la pista, así que tampoco ha resultado muy impactante que Amparo, una de las hermanas que lideraban la banda, dijera en Radio 3 que Dover ya era historia.
Arrasaron con un discazo en 1997, en el momento más oportuno, cuando por aquí echábamos de menos una versión española de Nirvana. Un anuncio de TV ayudó a propagar el fenómeno y 'Devil Came To Me' y 'Serenade. Música española en inglés. Porque a lo largo de sus 24 años de existencia han cambiado de estilo varias veces, pero nunca han dejado de cantar en ese idioma.
El giro más radical lo dieron en 2006 con 'Follow the city lights'. El grupo 'indie grunge' que había sido cabeza de cartel del Festimad pasó a sonar como un superéxito de discoteca y muchos seguidores decidieron que eso no era para ellos. Estos experimentos solo se los puede permitir U2; a Dover le salió caro. Ya no hubo éxitos de ventas y perdió relevancia en el panorama musical.
Puestos a probar, continuó experimentando con su disco I Ka Kené, inspirado en ritmos africanos. Y en 2014 decidió volver al rock pero ya era demasiado tarde. Sus fans iniciales ya estaban a otras cosas y habían perdido la conexión con Dover hace años. A los potenciales nuevos fans el rock les sonaba a la música de sus padres. Pereza máxima.
Ha sido un placer disfrutar del rock de las hermanas Llanos (y del batería Jesús Antúnez, que lleva con ellas desde el comienzo). Amparo ya ha anunciado que comienza un nuevo proyecto, el grupo folk New Day. Ojalá les vaya bien explorando nuevos caminos. Siempre será mejor eso que volver 30 años después, como Nacha Pop.