Esperando a Bryan Ferry, el rockero más educado, elegante y conservador
Creo que hubiese preferido no leer que a Bryan Ferry le gustan los toros, defiende la caza del zorro y apoya a David Cameron, pero Ferry siempre ha sido una rara avis en el mundo del rock. Sí, del rock, porque aunque en solitario ha desempeñado un papel más de crooner, sus comienzos con Roxy Music en los setenta son claramente rockeros. Pese a eso, nunca se dejó ver en el escenario con vaqueros ni con las mallas ajustadas que tanto gustaban a sus coetáneos. Con su traje y su corbata cuidadosamente abierta, Ferry siempre ha parecido más un aristócrata que lo que es, el hijo de un granjero británico al que le gustan la música, las mujeres, el arte y la buena educación.
Ha sido capaz de sobrevivir a su banda, la mítica Roxy Music que formó con leyendas como Brian Eno y Phil Manzanera, y hacerse un nombre y un estilo propios. Su voz es inconfundible y es tan perfeccionista con los arreglos que agota a los productores, pero sus discos son material de alta calidad. Incluso cuando se atreve con versiones de Bob Dylan o con clásicos como en As Time goes by. Todo lo que hace suena muy a Bryan Ferry.
Cuando lideraba Roxy Music publicó uno de los discos en directo mejores de la historia del rock. 'Viva!' es una excepción musical, uno de esos discos en concierto que son mejores que los de estudio. La fuerza de 'Do The Strand' es indescriptible, lo mejor es escucharla.
Su último disco con Roxy fue'Avalon', en 1982, en el que estaba uno de sus mayores éxitos comerciales, 'More tan this'. Bill Murray le rinde un inolvidable homenaje cantándola ante Scarlett Johansson en 'Lost in translation'. Un poco menos poético es que se haya usado también para ambientar Grand Theft Auto.
De su carrera en solitario, la canción más escuchada en Spotify le viene como anillo al dedo: 'Slave to love'.
Se podría hacer una historia de su vida sentimental con las mujeres de las portadas de sus discos. Unas veces se enamoraba de ellas porque las conocía en las sesiones de fotos y otras las colocaba en la portada porque ya se había enamorado.
Una de esas mujeres de portada fue Jerry Hall, que aparecía pintada de azul en 'Sirens'. Cuentan que Ferry le propuso a la modelo ayudarle a quitarse la pintura del cuerpo. No sabemos más detalles sobre el método elegido pero estuvieron juntos dos años, hasta que ella le dejó por Mick Jagger. Más que enfadarse, Ferry optó por el papel de alma en pena y publicó, 'The bride stripped bare', un disco un poco lacrimógeno en el que se lamentaba por el amor perdido.
Otra de las mujeres de portada de Ferry , la de 'For your pleasure', fue Amanda Lear, de la que se decía que era transexual y que también fue novia de David Bowie.
Se ha casado dos veces. La primera con Lucy Helmore, madre de sus cuatro hijos, y otra más reciente con una chica 38 años menor que él que había sido novia de uno de sus hijos. No han durado mucho juntos, ella le ha dejado por comportarse “como un niño”
Además de mujeres, en las cubiertas de sus discos también podemos encontrar amigos, como el diseñador estrella de zapatos Manolo Blahnik que aparece al estilo El Gran Gatsby en 'Another Time, another place'.
Bryan Ferry estudió arte y no le llegó la fama como músico hasta los 25, algo que cree que fue determinante para que no se le fuera demasiado la cabeza en sus inicios.
Le gustan el arte, la moda, los coches, el vino y hasta la decoración. De hecho, un famoso decorador británico dijo que Ferry era de las pocas estrellas de rock que en lugar de destrozar una habitación de hotel la redecoraría.
Tuvo una controvertida respuesta en una entrevista que sacada de contexto acabó en la portada del Mirror. Dijo que los edificios de Albert Speer y las películas de Leni Riefenstahl eran preciosos. Después añadía que lo que era horrible era el nazismo, contexto en el que se hicieron, pero no fue suficiente para evitar la polémica. El periódico tuvo que terminar pior pedirle perdón.
Además de elegante, lo que es Bryan Ferry es extremadamente educado. Le sacan mucho de quicio los malos modales. Tanto que en pleno secuestro del avión en el que viajaba con su familia en 2.000 de Londres a Nairobi, regañó a su hijo por sus exabruptos (Bastante lógicos por otra parte, teniendo en cuenta que el avión bajó de golpe 10.000 pies). La cosa se resolvió y aterrizaron sanos, salvos y sin perder la compostura.
En unos días se va a cruzar en su gira europea con el hombre que tanto daño le hizo cuando le robó la novia. El 3 de julio, solo una semana después de que Mick Jagger pase por Madrid llegará Bryan Ferry a dar un concierto de La Riviera (Entradas aquí). Tiene 68 años, dos menos que Jagger, y es una de esas leyendas a las que siempre merece la pena ver en concierto al menos una vez en la vida…