No hay nada que enamore más de un ídolo que descubrir que es humano. Joaquín Sabina lleva toda una vida de éxitos pero probablemente nunca ha sido percibido con más simpatía que en esta gran gira que le trae de nuevo a Madrid el sábado 25, poco antes de volar a Latinoamérica.
No ha habido más 'pastorasoleres', ha terminado sus conciertos, lo ha seguido dando todo en el escenario pero ahora lo hace ante una audiencia que es mucho más consciente del esfuerzo que supone para Sabina subir ahí arriba. Los que creíamos que solo a los seres terrenales nos temblaban las piernas y se nos hacía un nudo en el estómago a la hora de enfrentarnos a un público expectante nos hemos caído del guindo. Los ídolos también sufren miedo escénico y eso, lejos de disgustarnos, ha hecho que los amemos aún más.
Su '500 noches para una crisis' se mantiene en los primeros puestos de la lista de los discos más vendidos en España y la ha liderado cuatro semanas. Dice que la gira está siendo "muy feliz, muy tranquila y muy compartida con el público" y que incluso se está "emocionando en exceso".
"Si lo que quieres es vivir cien años, no vivas como vivo yo"… Ya no tienen mucho sentido estos versos de Sabina. Hace 15 años que ha abandonado las drogas y lleva una vida tranquila. Tampoco las giras son ya lo que eran. Lo dejaba claro en 'Viajando con Chester', ahora si su mujer no va con él, no sale.
El sábado ofrece su cuarto concierto en Madrid de la gira de 500 noches para una crisis y el domingo 26 lidera junto a Miguel Ríos el concierto de apoyo a Luis García Montero, candidato de IU a la Comunidad. "Mi apoyo, mi canto, mi voto y mi amistad" ofrece el poeta Sabina al poeta García Montero.
Cuanto más le escuchamos más lamentamos que Sabina no se anime a estrenarse en las redes sociales. Seguro que Twitter iba a ser un lugar más interesante con él.