10 razones por las que nos gusta mucho Van Morrison
Le precede fama de arisco sobre el escenario pero bueno, no podrá ser mucho peor que Dylan y a él vamos a verlo en masa allá donde toca. Van Morrison actúa el 12 de diciembre en el WiZink Center de Madrid, uno de esos sitios muy grandes en los que a él no le gusta tocar y en donde a sus fans no les gusta verle pero… al fin y al cabo todos trabajamos por dinero. Además, un concierto de Van Morrison es una de esas (tantas) cosas que un melómano debe hacer alguna vez en su vida así que, teniendo en cuenta que ya tiene 72 años, mejor que toque en sitios amplios y nos dé tiempo a verlo a todos.
Van Morrison es un genio que logra que su música te vaya bien tanto si estás triste como si estás alegre, si vas por la calle con tus cascos o estás en casa bien acompañado, en un día soleado o con la borrasca Ana acechando… es como si siempre supiera lo que necesitas. Dice Boyero que es un hijo de puta, que hace tiempo que no da nada. Pero claro, si a lo que se refiere es a que no ha hecho nada mejor que ‘Astral Weeks’ o ‘Moondance’ puede que tenga razón, pero es que el listón estaba tan alto que hay mucho margen para que todos los discos peores que aquellos sigan siendo buenísimos. A Madrid llega con dos álbumes nuevos bajo el brazo (ríete tú de la edad de jubilación), ‘Versatile’ y ‘Roll with the punches’, pero a pesar de la promoción nos soplan que en sus conciertos siempre caen superéxitos como ‘Brown eyed girl’ o ‘Gloria’.
Si aún no has caído rendido a los encantos de Sir Ivan Morrison (Sí, es Sir y sí, se llama Ivan) aquí va una lista de cosas irresistibles para que las leas mientras escuchas ‘Cyprus Avenue’ o ‘Sweet Thing’:
- Le llaman ‘El león de Belfast’: ¿Y desde cuándo hay leones en Belfast? Pues desde que Van ruge sobre el escenario
- Es un blanco que quiere ser negro: Que reconoce que Bob Dylan está bien pero que no conecta con él, que sus raíces son negras: Sam Cooke, John Lee Hooker, Muddy Waters…
- Pone a sus mujeres en las portadas de sus discos: La primera con un caballo y un rollo muy hippy en ‘Tupelo honey’. La segunda, más sofisticada, con unos galgos en ‘Days like this’.
- No es un viejoven: De acuerdo, el cuerpo tampoco le acompaña, pero no pretende aparentar menos edad que la que tiene. Cuando se quita el traje de mafioso con el que le gusta tocar parece un jubilado a punto de echar la partida, lo que sería si no fuera músico.
- Lo primero que pone en su bio de Instagram es “Padre”: Y eso enternece mucho. Él es padre de tres hijos de sus dos mujeres. De la de la portada del caballo tiene a Shana Morrison, de 47 años, que se dedica a la música y pisa el escenario con su padre desde que era pequeña. De la segunda, la de los galgos, tiene dos niños de 12 y 10 años.
- No llega a los 10.000 seguidores en Instagram: Pero debe de ser porque no pone morritos en las fotos porque es una cuenta bastante curiosa en la que mezcla pésames (Es lo que tiene cumplir años) con maravillosas fotos vintage. Sigue a 13 personas entre las que están Little Steven, Tom Jones, Quincy Jones, Jeff Beck y ¡Sylvester Stallone!
- Pero tiene más de 5 millones de oyentes en Spotify: Su 'Brown eyed girl' acumula 186 millones de reproducciones. En definitiva, un influencer donde tiene que serlo (Y si no que le pregunten a Ed Sheeran)
- Le gustan los enanitos de jardín: Ya. Esto puede parecer más bien inquietante pero es muy entrañable defender una afición tan mal vista como lo hace en esta publicación de Instagram. La verdad es que después de 'Full Monty' y 'Amélie' los gnomos de jardín se han ganado un lugar en el mundo y si es en el jardín de Van Morrison, pues adelante.
- Gloria es el nombre de una prima suya: Igual es un poco demasiado prosaico para un himno de tal envergadura pero siempre será mejor la verdad que inventarse un origen más mítico. Lo que no sabemos es qué dijo Gloria al escuchar su nombre en esta canción sobre esa chica que le hace sentir tan bien a Van cuando entra en su cuarto a medianoche.
- Se inventó una patria: Sigue viviendo en Belfast pero no es un irlandés al uso –no es católico- y rebuscó en los orígenes escoceses de su familia. Encontró algo que le gustó más que los highlands, Caledonia, el evocador nombre que dieron los romanos a Escocia, un territorio que no lograron conquistar. Así se llama de segundo nombre su hija mayor, dos de sus grupos y su estudio de grabación.
“Supongo que esto de los grandes espectáculos de rock y de abarrotarlos de gente está basado principalmente en la codicia pura y dura” afirma Morrison. El Wizink tiene unas 4.000 localidades, más o menos igual que el Cesars palace de Las Vegas y el Knight Center de Miami a los que irá después. Seguro que ver a Van Morrison en un pequeño local de jazz es una experiencia sublime pero, como con sus discos, el margen es tan grande que seguro que en un pabellón deportivo también merece la pena.