Es cierto que para gustos los colores y más si nos referimos a moda o estética, pero esto es pasarse y mucho de la raya. Querida Lindsay, ¿dónde vas con esa pinza, que probablemente habrás sustraído de alguna peluquería? Si están dentro de las peluquerías, es por algo. Pero esto no es lo peor de tu extraño look... Ese pelo, amiga, no tiene razón de ser, ni justificación que lo avale. Hay que ir más a la pelu o, simplemente, ponerlo un poquito más a remojo, pero recuerda una cosa importante: la pinza no soluciona el problema, jamás.
Qué decir de tus lindos ojos. Esa línea copiada de nuestra querida y desaparecida Amy Winehouse no te hace favor alguno y mucho menos si la combinas con unos labios pintados a oscuras, que si te descuidas te pintas hasta la barbilla... No hay necesidad, Lindsay.
Pensándolo mucho, sólo hay algo que te salvaría de una quema segura y es que si saliste con estas pintas a la calle fue por una necesidad básica: comprar algo rápido para comer y volver a tu guarida. Como todas hemos tenido días malos en los que sólo nos apetecía una hamburguesa para ser felices y no nos importaba nada con tal de echarnos a la boca una patata aceitosa, te vamos a dar una nueva oportunidad, ¡no nos falles Lindsay!