Mariano Alameda, veinte años después: la nueva vida de uno de los protagonistas de 'Al salir de clase'

Si hay un personaje estrella en el universo de ‘Al Salir de Clase’, que estos días celebra el 20 aniversario del final de la serie, ése es Íñigo. El guaperas del “Siete Robles” se mantuvo en el elenco de la telenovela juvenil durante más de 600 episodios y su imagen forraba las carpetas de centenares de adolescentes de toda España. La fama le pasó factura al actor que lo interpretaba, Mariano Alameda, que agobiado por la popularidad decidió apartarse de la interpretación y ahora se gana la vida como profesor de yoga y meditación.

Tras abandonar ‘ASDC’, Alameda continuó en la profesión (tuvo un enorme éxito con la telenovela de sobremesa ‘La Verdad de Laura’ o con el personaje de novio de Mauri en ‘Aquí no hay quien viva’) pero aquella vida no era para él: “Te das cuenta de que el anonimato es un placer, que cuando lo pierdes, lo echas de menos. La presión de ser mirado en toda situación es duro y yo no lo llevaba bien”, contaba hace un año a ‘El Español’. Por eso Alameda, que ahora tiene 50 años, decidió reiventarse y abrir un centro de yoga. Y, la verdad, no le va nada mal…

“Yo era un chaval de barrio, al que le gustaba jugar al baloncesto, pero de repente salía en la tele... ¿Quién de todos esos era yo? Eso me hizo empezar a reflexionar mucho sobre qué es el yo, la identidad y cómo es la proyección que tienen los demás de ti mismo. Y eso me llevó a la búsqueda, al yoga, a la meditación, el zen, a viajar”, explica el actor, que prefiere definirse como “pregonero de la sabiduría perenne: soy como Mercurio, entre el Sol y la Tierra. Transmito el conocimiento sagrado" prepara un retiro de verano en un balneario de Zamora.

La última aparición de Alameda en la pequeña pantalla fue en 2009, en el especial de Nochevieja de José Mota dirigió en 2009 y, a pesar de que lleva casi 15 años en el anonimato no descarta volver a ponerse ante la cámara “si el proyecto fuera chulo y lo pudiera combinar con mi centro de yoga y mis proyectos”. “Tardé años en librarme de Íñigo y sentir el placer del anonimato, no he querido ir a programas tipo ¿qué fue de…? y he dado muy pocas entrevistas desde que lo dejé”, declaraba el pasado mes de junio.

La distancia con los platós de televisión no se ha traducido en ruptura con los actores con los que compañeros con los que compartió fama. Es íntimo amigo de Miguel Ángel Muñoz y mantiene cierto contacto con otros intérpretes con los que compartió set: “los actores son gente superdivertida, lo que detestaba era ir a fiestas y dejarme ver”.

A pesar de que lo siguen reconociendo por la calle, Mariano asegura que ya no vive abrumado por la popularidad que un día tuvo “es otra edad, ya no provocas las mismas cosas, las mismas reacciones en la gente”. De hecho cuenta con alivio que en la pasada Feria del Libro de Madrid estuvo firmando ejemplares de un volumen que ha escrito sobre yoga infantil, ‘Las enseñanzas del perro Zen’, y todo el que se acercó lo hizo interesado por su obra y no por su pasado.

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