¡Señoras y señores! ¡El verano de 2022 ha empezado oficialmente! Ana Obregón ha vuelto a posar en bañador para dar inicio, con la autoridad que le compete, a la temporada estival. Las instantáneas en traje de baño de Ana son una tradición tan arraigada en la cultura española como las procesiones de Semana Santa o la cena de Nochebuena. Por eso, en honor a tan solemne costumbre, quiero recuperar para ustedes su historia y evolución. ¿Me acompañan?
Esta costumbre veraniega encuentra su origen en el año 1985. Fue entonces cuando Ana recibió el solsticio en un reportaje fotográfico que entonces inmortalizó la revista Diez Minutos y, sin quererlo, comenzó a escribir un capítulo en la memoria colectiva de la nación.
A partir de aquel momento, Ana tomó la determinación de realizar un posado veraniego cada año. Aquel reportaje respondía a una estrategia de la propia Ana de garantizarse tranquilidad durante los meses de vacaciones: citaba a la prensa, se dejaba fotografiar, ofrecía jugosas declaraciones y convenía con los paparazzis que la iban a dejar en paz el resto de la temporada.
El conjunto que Ana iba a lucir en la cita era expectación por parte de todos y la Obregón jamás defraudó: en 1999 posó con un bikini de florecitas, en 1998 con uno de lentejuelas, en 2004 con unas gafas rosas, en 2005 con un rosario, en 2010 con un trikini blanco… Sus estilismos siempre eran noticia. ¡Miren esta noticia de hace 12 años en Divinity!
La propia Ana Obregón recopiló recientemente en su cuenta de Instagram algunas de aquellos posados que tenían lugar en Mallorca, Marbella o Ibiza. En algunos de ellos se dejaba acompañar por su hijo Aless, al que siempre tiene en la memoria: “El último fue en el 2019 cuando aún era feliz”, recuerda.
Durante la última década la bióloga aprovechó esta tradición para sustentar con ella una acción promocional: marcas de cremas, parques acuáticos o incluso una sorprendente colaboración con la revista Playboy acompañaron en los últimos años la obregónica llegada del calor.
Desde el año pasado, el tradicional posado de Ana resulta algo menos feliz, pero tiene un fin mucho más hermoso. En julio de 2021, pactó una exclusiva en forma de posado veraniego con la revista ¡Hola! cuyos beneficios fueron donados a la Fundación Aless Lequio que ella misma gestiona y que busca promover la investigación contra el cáncer.
Este año ha retomado la iniciativa de la mano de su revista de cabecera. Según dice en este posado, su fin benéfico consigue animarla en su duelo. “Ahora este posado tiene otro sentido para mí”, explica. “Todo lo que hago en esta vida lo hago por mi hijo”.