Iker Casillas publicaba el pasado domingo un tuit (que luego resultó ser, según él, un hackeo) que despertó las iras entre la comunidad LGTBI, y no solo. El guardameta parecía querer salir del paso de los rumores que lo vinculan con la hermana de Iñigo Onieva haciendo un desafortunado chiste en el que salía del armario. Obra de unos piratas turcos o no, el tuit ha pasado a formar parte de la historia de intervenciones desafortunadas por parte de las celebridades en las redes sociales. ¿Se animan a recordar conmigo otros casos similares?
Los más de quince años que llevamos con las redes sociales en nuestra vida dan para mucho. Hace escasamente quince días era Fernando Tejero el que la liaba parda llamando “psicópata” a una aficionada al cine que se preguntaba si el papel que protagoniza en su última película estaba pensado para Antonio de La Torre. “Esto dice mucho de ti, a mí cuando no me gusta alguien no me molesto en comentar nada de esa persona, y más como tú lo haces”, respondía el actor a la ciudadana. El intérprete añadía: “Eres una amargada y frustrada y para tú pesar muy poca gente piensa como tú”. “Háztelo mirar y respeta mi trabajo, ¿A qué te dedicas tú, psicópata?”, terminaba escribiendo.
La actriz Leticia Dolera también padeció un buen chaparrón después de que un tuit con sobredosis de carga política situase las Islas Canarias en el Mediterráneo. La ex actriz Dolera quiso combinar el macrobrote de COVID que generó una fiesta de estudiantes en Mallorca con las políticas migratorias de Vox y acabó escaldada. Tras unas declaraciones del eurodiputado Jorge Buxadé en las que acusaba al Gobierno balear de “secuestrar niñas” por no permitirles salir de la isla por los contagios, Dolera escribió un tuit en el que situaba las islas Canarias en el mar Mediterráneo.
El influencer Pelayo Díaz quiso promocionar una marca de champán al tiempo que condenaba el asesinato del joven Samuel Luiz en La Coruña. Y adivinen qué, salió mal. El estilista subió una foto en el que bebía una exclusiva marca de bebidas espirituosas junto a un grupo de amigos junto a un texto en el que condenaba el desafortunado asesinato. Después de una intensa lluvia de críticas por su frívola publicación en la que utilizaba la muerte del joven para su propio beneficio económico, Pelayo se ha vio obligado a pedir perdón públicamente.
Los tuits del pasado también pueden volverse en contra de sus autores. En el año 2012 Pablo Iglesias criticaba en la red social del pajarito azul a los políticos que se compraban viviendas por 600.000 euros. “¿Entregarías la política económica del país a quien se gasta 600.000e en un ático de lujo?”, se preguntaba el ex de Irene Montero. Años después la pareja se compraba un polémico chalet en la sierra valorada precisamente en esa cantidad.
Otro personaje que tuvo que vérselas con su pasado es la ex podcaster “Perra de Satán”. Después de protagonizar un polémico programa de televisión en el que junto a otros semejantes emulaban los Juicios de Nuremberg con el material de archivo de Televisión Española salió a la luz su pasado racista. Decenas de intervenciones de los últimos años en las que se mofaba de gitanos, gays y negros sin ningún tipo de autocensura.
En este mundillo de famosos liándolas pardas en redes sociales conviene citar a los clásicos: aquel tuit de David Bisbal sobre las pirámides poco concurridas durante las revueltas en Egipto o aquella vez que Chenoa confundió una farola con un paparazzi y la acusó de estar haciendo guardia delante de su casa para grabarla durante la cuarentena. La triunfita, muy indignada, bramaba contra el presunto periodista cuando en realidad la luz procedía del mobiliario urbano de su calle.
No conviene olvidar tampoco aquella historia de la tortilla de patatas de Jon Kortajarena. El modelo quiso denunciar a través de las stories de su Instagram el trato que había recibido por parte de una empresa de entrega a domicilio que se demoró en su pedido. Su rabieta, del todo desproporcionada, terminaba con un comentario a la altura de aquel sainete: "Ojalá algún día tenga usted ganas de tortilla y jueguen con sus sentimientos". El modelo calificó a la empresa de cruel junto a un emoticono de una carita llorando desconsolada.
¿Se acuerdan del "Me ha llamado gorda y punto" de Amaia Montero? En una entrevista realizada en un dominical Malú quiso defender que Amaia Montero saliese al escenario sin acomplejarse por sus kilos de más y a la ex vocalista de La Oreja de Van Gogh le supo a cuerno quemado. "A la #victoriasecret de Malú, ojalá todas fuéramos tan guapas y sobretodo tan delgadas como tú!", escribía la cantante. Después de que algunos internautas le acusasen de buscar protagonismo ella volvió a contestar: "Ni protagonismo ni hostias, me ha llamado gorda y punto"
M;ucho más gracioso fue el desliz de Paulina Rubio en 2015 cuando confundió un hashtag dirigido a las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) con el lanzamiento de su single de 2015 “Mi nuevo vicio”. En pocos minutos fue diana para las burlas de los usuarios por utilizar “#PAU2015” para promocionar su aventura discográfica de aquel año.