No cabe duda que Joaquín Sánchez, Joaquín el del Betis, es uno de los personajes de la temporada. El futbolista, ahora reconvertido en presentador de televisión, es el pequeño de una familia de ocho hermanos. De orígenes humildes, el simpático gaditano recuerda con una sonrisa su inusual infancia. “Mi madre cuando se quedó embarazada de mi se quería morir”, recuerda con humor.
Según cuenta el propio Joaquín, la familia residía en una pequeña vivienda en El Puerto de Santa María. La casita tenía solo tres habitaciones para los diez miembros de la familia. En a principal dormían sus padres y en las otras dos toda la chavalería: en una los niños y en otra las niñas. Repartidos en literas el jugador recuerda con una sonrisa de oreja a oreja que casi nunca amanecían en ellas y el desorden de los juegos era imperante. “Somos una familia que estamos muy unidos”, dice orgulloso.
Isabel, Amalia, María José, Ani, Juan José, Aurelio (Lucas) y Ricardo son los nombres del mítico centrocampista del Betis. Los ocho crecieron llenos de amor y cariño por parte de sus padres, Aurelio y Ana, que inculcaron a todos los hermanos el valor de la familia y de la cultura del esfuerzo. Eso sí, Joaquín reconoce que al ser el más pequeño también fue el más consentido.
Según le contó Joaquín a Bertín Osborne en “Mi Casa es la Tuya”, los siete se criaron correteando en el bar de su tío “El Chino” donde también trabajaba su padre. Joaquín estuvo a punto de no nacer ya que su madre cuando supo que estaba embarazada quiso provocarse un aborto: “Mi madre se tiró por las escaleras cuando se enteró que estaba preñada y se tomó un vaso con nosequé”, le explicó con humor a Toñi Moreno en otro programa.
Aunque todos ellos viven de manera anónima, alguos de sus hermanos mayores también probaron suerte en el mundo del fútbol: Lucas y Ricardo llegaron a jugar de forma profesional pero, aunque eran bastante buenos, no destacaron en el campo de juego como lo terminaría haciendo el benjamín de la familia.
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