David Beckham desvelará próximamente en un reality cómo convive con su diagnosticado TOC. El día a día del ex futbolista está lleno de pequeñas manías: todo debe estar ordenado en línea recta y las cosas siempre deben ser pares. “Si voy a un hotel, antes de relajarme tengo que poner todos los panfletos y los libros que haya en la habitación dentro de un cajón. Todo debe estar impecable”, cuenta. El marido de la Spice Girl pija admite que su enfermedad le obliga a quedarse despierto por la noche, para pasarse horas limpiando su mansión londinense "cuando todos están en la cama, yo doy vueltas por la casa, y limpio las velas usadas: corto la cera de la vela, limpio el vidrio... ésa es mi fobia, que haya una mancha alrededor del interior de una vela”. señala. Pero David no está solo, hay un montón de VIPs con TOC o simplemente maniáticos.
"Tengo TOC y necesito retratarme con los fans cada vez que se acercan y me lo piden, por si acaso". Así contaba J Balvin en un documental sobre su vida esta faceta sobre su salud mental. El reaggetonero se desnuda en cuerpo y alma sobre los diferentes trastornos psiquátricos que tiene diagnosticados: "Hablar en público sobre la ansiedad y la depresión me ha ayudado a superarlas", asegura el artista que cuenta con un asesor espiritual. "La meditación me ha salvado la vida; gracias a ella no tomo drogas ni bebo alcohol", asegura.
En una reciente entrevista para el Wall Street Journal Camila Cabello ha hablado de su ansiedad y de su TOC. La cantantre revela que a veces le hace la vida muy difícil pero que lucha a diario contra este trastorno. “No hay fotos sobre esto del año pasado: yo llorando en el coche hablando con mi madre sobre la ansiedad que sufría y cuántos síntomas de TOC estaba experimentando. Mi madre y yo en una habitación de hotel leyendo todo tipo de libros sobre TOC porque necesitaba desesperadamente algo de alivio”, se ha sincerado la artista.
Rafa Nadal también es un perfecto maniático. Los aficionados al tenis conocen bien los rituales del ídolo manacorí. Curiosamente, Rafa no es nada metódico en su vida cotidiana pero la cosa cambia en la pista de tenis ¡y de qué manera! Una de sus manías más reconocidas es la manera que tiene de colocar sus botellas de agua y de sales, que tienen que estar estratégicamente colocadas, siempre en el mismo punto. Nadal también se esmera por no pisar las líneas de la pista y se toma su tiempo para sacar: antes de hacerlo se ajusta el calzoncillo, se coloca la camiseta, se pone el pelo detrás de las orejas… y solo una vez está todo esto hecho puede considerarse listo para poner la bola en juego.
Salir a cenar con Jorge Javier Vázquez resulta una odisea y es que cuando va a un restaurante “con las cucharas y tenedores, antes de llevármelos a la boca, los pruebo con la punta, porque hay muchos que me dan tericia”. Pero no se queda ahí el asunto. Según cuenta, “cuando voy al baño me da mucho asco tocar el pomo”. Jorge tiene un carácter muy especial y reconoce en su columna semanal de una revista que no me gusta que me hablen recién despertado hasta que no haya tomado tres cafés. Además no le gusta que el público de sus programas le vea antes de empezar la grabación.
María Patiño tiene la manía de mirar el tiempo que hace en todas las capitales del mundo nada más levantarse "Tengo elegidos como 20 paises y entonces empiezo por Madrid y termino en Sri Lanka", confesaba María Patiño a Laura Madrueño."Yo tengo como 5 o 6 países en los que miro el tiempo en varias ciudades del mundo como para transportarme allí, como si viajara", confesó ante un público absolutamente ojiplático.
¡La que le ha caído a Albert Rivera con Malú! La cantante es una maniática absoluta y así lo revela sin reparo alguno: "Si el concierto va muy bien, repito la ropa interior que haya llevado en ese concierto… lo lavo antes, claro. Pero es el tanga de los conciertos", contó en el talent show en el que ejerce de jurado. La intérprete asegura que tampoco come antes de un concierto porque si su estómago está lleno no puede darlo todo en el escenario. Esto tiene más lógica que lo de las bragas, claro.
Los que conocemos de cerca a Mercedes Milá, conocemos bien sus antológicas antológicas. Mercedes no permite que nadie lleve nada amarillo en un plató: pobre del que se atreva a ponerse unos calcetines, un abrigo o un complemento de ese color. La Milá tampoco soporta el número 13 (recordemos que la decimotercera edición de GH se llamó 12+1) y, por lo menos en los tiempos de GH, no salía a presentar si no se comía un plátano antes de arrancar.
La Alaska padece glazomanía. Pero tranquilidad, que aunque parece una enfermedad grave, tampoco es par tanto: La cuestión es que, además de ser un icono multigeneracional y todo un referente nacional, Alaska es una mujer extremadamente metódica. Esto le lleva a tener que hacer listas de todo y, además, seguirlas a rajatabla. Esta manía saca a Mario Vaquerizo de quicio: “Por ejemplo para hacer una maleta yo preparo una lista en el ordenador y tardo dos horas. A Mario le saca de quicio porque él la hace quince minutos antes”.
Ahí donde la vemos Marta Sánchez es una auténtica maruja. A la reina del pop nacional le gusta que las habitaciones de los hoteles estén perfectas y por eso muchas veces es ella misma la que se hace la cama. “A mi me gusta mucho que la cama esté hecha a mi gusto así que no tengo inconveniente en hacer yo misma la cama de los hoteles cuando duermo varias noches”, asegura. Su armario, además, da gloria verlo: “está todo perfectamente colocado y fácil de localizar”.
Por todos es conocido el gusto de Pedro Almodóvar por la fotografía y los retratos. Lo que a lo mejor no todo el mundo sabe es al gusto del director manchego por fotografiarse a sí mismo en los espejos de los hoteles donde se aloja. “El caso es que en todos los hoteles los que voy me hago una fotografía frente al espejo. Es un ritual de película de arte y ensayo, lo sé, pero me gusta hacerlo”, se confiesa el cineasta.