La boda de Tamara Falcó encuentra otro escollo en el camino… ¡y este es de los gordos! Resulta que a dos meses de la fecha de su día más importante se ha quedado sin vestido. Las diseñadoras del conjunto nupcial de Tamara, Sophie et Voilà, se han plantado ante las demandas de la marquesa y han roto su acuerdo de colaboración.
Pero este no es el único ‘divorcio’ que tiene lugar entre diseñadores y famosas para la elaboración de sus vestidos de boda.
Cuando Belén se casó con Fran Álvarez en 2008 se encontró con que ninguna marca quería vestirla para tan señalado día. Rosa Clará y Victorio y Lucchino se negaron a aceptar el encargo porque consideraban que 'la princesa del pueblo' devaluaba sus marcas. Más grave fue el caso de Pronovias: la firma aceptó el encargo, pero algo en el proceso se torció y, a pesar de que Esteban ya había depositado una paga y señal, de nuevo recibió un 'no' a vestirla. Al final pasó por el altar con un vestido comprado en unos grandes almacenes famosos por el triángulo verde de su logotipo.
La relación de doña Letizia con el modisto encargado de vestirla el día de su boda, Manuel Pertegaz, estuvo plagada de contratiempos. Cuentan los insiders de La Zarzuela que la confección de aquella prenda fue muy complicada porque a la entonces presentadora de informativos no le gustaba el diseño original del modista aragonés y exigió modificaciones. Tal era el nivel de disgusto de doña Letizia que tras aquella ocasión no volvió a lucir otra prenda suya.
La colaboradora de ‘Fiesta’ Ana María Aldón y el diseñador de su vestido de novia, Emilio Salinas, acabaron en los Juzgados. El modista no dudó en acusar a la finalista de Supervivientes de incumplir el trato al que llegaron cuando éste iba a crear el diseño de su boda. Al parecer, Emilio Salinas le cedió dos vestidos a cambio de que ella nombrara el nombre del diseñador en la revista donde ofreció la exclusiva de su enlace. Esto finalmente no se produjo y el diseñador interpuso una demanda que terminó ganando: Ana María le tuvo que pagar 4000 lereles.
El polémico libro de memorias del príncipe Harry relata que los conflictos de Meghan con su cuñada Kate comenzaron con un mensaje que ésta envió a su mujer durante los preparativos de su boda. “Al parecer, había un problema con los vestidos de las damas de honor. Había que hacerles arreglos”. Kate le dijo que había que hacerlos de nuevo, y puso muchas pegas sobre los trajes de los pajes. Meghan se echó a llorar, agobiada pero la prensa le dio la vuelta al asunto y dijo que había sido la actual Princesa de Gales la que había roto en lágrimas.