Antes de que se popularizara el término 'socialité', Marta Chávarri ya ejercía como tal. Guapa, simpática, animada, estilosa y aristócrata… Lo tenía todo y los flashes de las cámaras la adoraban y las portadas de las revistas la utilizaban como reclamo. Su estilo y presencia marcaron una época: la de los felices años 90 en la que España parecía ser una fiesta sin fin. Hoy lloramos su muerte.
Biznieta del conde de Romanones, siempre estuvo entre la flor y nata de la sociedad, pero su salto definitivo al papel cuché tuvo lugar cuando se casó en 1982 con Fernando Falcó, marqués de Cubas. De aquella relación nació Álvaro, que la hizo abuela hace tan solo unas semanas. Tras siete años de matrimonio, Marta protagonizó uno de los mayores escándalos de aquella época de vino y rosas: Marta se echó por amante al empresario Alberto Cortina, por entonces casado con Alicia Koplowitz y, para colmo, los paparazzis le hicieron 'un robado' en las que no llevaba ropa interior.
Tras divorciarse y perder la custodia de su hijo, Marta decidió dar un paso atrás y desaparecer mediáticamente. Ya no iba a fiestas, ya no era la reina de la noche y ya no la perseguían los fotógrafos. Aquella mujer que repartía sonrisas con su cabello a tope de mechas y trajes de chaqueta con hombreras decidió recluirse para que la prensa no le hiciese más daño.
Incluso en sus años de buscada soledad la felicidad se le resistió: entre abril y julio de 2008 fue fotografiada ingresando en una clínica madrileña especializada en salud mental y en 2014 un accidente doméstico le desfiguró parte de su rostro. Según trascendió, un resbalón en el baño de su casa le destrozó la mandíbula y precisó de cirugía reparadora.
En sus últimos años, Marta ha vivido dedicada a la pintura, los collages y viajar. “Pinto y hago collages. Tengo el estudio en casa y deseo exponer algún día. Hago gimnasia, viajo... Nada fuera de lo común. Pero soy feliz”, declaraba hace un tiempo a la revista ‘Vanity Fair’.
Una de las últimas apariciones de Marta fue en abril del año pasado con motivo de la boda de su hijo Álvaro con Isabelle Junot. En aquella ocasión solo posó para una única fotografía como concesión a la exclusiva que habían firmado los recién casados. El pasado mes de junio, la pareja la convertía en abuela. En esa ocasión, habló para la prensa y ahora se convierte en la última vez que vimos a Chávarri. Descanse en paz