Es uno de los rostros más populares del país desde hace décadas, aparece en televisión prácticamente todos los días, los memes y las bromas con su rostro y su edad son antológicas. Pero, paradójicamente, apenas sabemos sobre su vida privada. Me estoy refiriendo a Jordi Hurtado, al que hoy voy a diseccionar para ustedes.
El mítico comunicador, vinculado a la televisión pública desde hace casi 40 años (lleva la friolera de 26 al frente del concurso estrella de las sobremesas). A pesar de que parece que el tiempo no pasa por él, cumplió el pasado mes de junio 66 vueltas al sol. El catalán, nacido en San Feliu de Llobregat, está casado desde hace tres décadas y tiene tres hijos.
Muy hermético en lo que respecta a lo personal, sabemos que la esposa de Hurtado también es catalana y se llama Rosa Palau. Trabaja como ejecutiva en una importante firma española de materiales avanzados y también ejerce de administradora de la agencia de representación del presentador.
La pareja reside desde 2002 en la localidad barcelonesa de Molins de Rey. Lo hacen en un casoplón de 472 metros cuadrados que cuenta con tres plantas y una enorme parcela de más de 600. El palacete cuenta con piscina y unas espectaculares vistas al parque natural de Collserola. Según algunas informaciones, el valor de la propiedad oscila entre los 700.000 y el millón de euros.
Jordi y Rosa tienen además tres hijos: Mireya, Laia y Jordi. Poco se sabe sobre la identidad de los jóvenes: La mediana, Laia, está licenciada en Biología en la Universidad Autónoma de Barcelona y trabaja en una compañía vinícola de en California. También ha trascendido que el varón, Jordi, trabaja en televisión con su padre. La profesión de la mayor, Mireya, es una incógnita.
Hijo de inmigrantes andaluces y extremeños, su padre Francisco Hurtado viajó hasta Cataluña junto a su primo Pedro Évole desde un pequeño municipio de Cáceres para buscar prosperidad en aquella región española. Pedro también tuvo un hijo al que llamó Jordi y decidió dedicarse a la televisión: es conocido como Jordi Évole.
A pesar de que empezó su carrera en la radio, Jordi es un animal televisivo. En 1985 se puso ante las cámaras para presentar 'Si lo sé no vengo' y no ha dejado de aparecer en la pequeña pantalla desde entonces. En 1997 fue seleccionado como presentador de 'Saber y Ganar' y ahí lleva desde entonces.
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