Alaska y Mario Vaquerizo saben mucho de negocios y han decidido invertir el dinero que ganan con su actividad artística en bienes inmobiliairos. “Creo en el ladrillo”, asegura Mario. La pareja ya cuenta con varias viviendas en Madrid y su intención es adquirir todo el edificio cercano a la Gran Vía madrileña en donde tienen su residencia habitual para posteriormente reconvertirlo en un hotel. "Cuando tenga 80 años no voy a seguir con las Nancys Rubias, tengo que pensar en otras cosas. Es por la tranquilidad del futuro. Queremos el edificio y los dos locales de abajo", ha explicado el artista.
¿Quieren saber cómo son los diferentes pisos que ya tienen en propiedad en esa instalación?
La conocida como 'la casa Rosa' (que debe su nombre a que éste es el color protagonista del piso) es la vivienda en la que Mario y Alaska hacen su día a día. Se trata de una vivienda funcional en la que tienen el dormitorio, la cocina o el salón privado. La hemos visto infinidad de veces en televisión y redes sociales, pero no por ello deja de resultar fascinante. Repleto de imaginería kitsch y obras de arte pop, sigue las máximas del ‘horror vacui’. Hay elementos por todos lados: platos decorativos, figuras de porcelana de todo tipo, muñecos, dibujos, estatuas, una vitrina con muñequitos...
En esta casa Mario y Alaska han dedicado una esquina para celebrar la figura de Lola Flores. Acompañada de paredes de color amarillo, La Faraona cuenta con un altar repleto de fotos, dibujos, estampillas y figuras de todo tipo (Más detalles en el vídeo de arriba).
El dormitorio de la pareja está decorado en azul eléctrico y rojo y destaca el barroco cabecero de la cama matrimonial. En la vivienda hay también dos baños: uno para él y otro para ella: mientras el de Mario está decorado con figuras de Elvis y cuenta con una bola de discoteca, el de Alaska está decorado en un intenso color rojo con detalles en dorado.
Dentro del mismo inmueble se encuentra la 'casa azul'. Se encuentra en la cuarta planta y tiene un fin social: recibir allí a familiares y amigos. La estética también es kitsch y en este caso es el azul el color protagonista. Se trata de un lugar perfecto para organizar meriendas y fiestas junto a otra parte de su enorme colección de obras de arte. El espacio está dividido en una gran biblioteca, un comedor con una mesa de doce comensales, una cocina y un gran salón inspirado en un bar de Las Vegas. La casa no cuenta con dormitorios porque, como cuenta el matrimonio, cuantos más dormitorios más amigos se quedan en casa.
En el mismo edificio también tiene su hogar Marta, la hermana de Mario Vaquerizo e integrante de las Nancys Rubias con la que Mario está tremendamente unido. Licenciada en Historia del Arte, su faceta musical es solo uno de sus empleos. La madrileña cuenta con una marca de joyería artesanal que cuenta con interesantísimo catálogo de anillos, collares y pendientes creados por ella misma. Antes de embarcarse en este proyecto Marta ejerció de profesora "Estuve tres años enseñando. Iba a sitios como el Museo del Traje y hablaba de cosas maravillosas. Como de los cambios sociales en Estados Unidos, a través de las joyas de Dinastía o Miami Vice. También hice una conferencia llamada Historia del siglo XX, a través de las joyas de Cartier. No sé si lo sabes, pero es perfectamente posible contar la historia a través de las joyas que lleva a la gente en distintos momentos", explica.
La última adquisición de Mario en el edificio ha sido la antigua portería del inmueble y la ha reconvertido en un vestidor. “Era muy chiquitita, la casa de los antiguos porteros”, le comenta Vaquerizo le a Vicky Martín Berrocal, en su podcast. “También queremos los dos locales de abajo”, subraya el cantante, manager y colaborador televisivo.