El Partido Socialista presenta a una de las mujeres fuertes del Gobierno de Pedro Sánchez para las elecciones al Parlamento Europeo, que tienen lugar este domingo. La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico guarda tras su perfil institucional una mujer tremendamente cercana. Algo que ya vislumbramos en este repaso del primer gabinete de Sánchez.
Madrileña de 55 años, Ribera tiene tres hijas y está casada con el argentino Mariano Bacigalupo, Consejero de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y ex abogado de Leo Messi en sus conflictos con la Agencia Tributaria. Siempre ha estado acostumbrada a vivir en casas de familia numerosa y es que la candidata socialista es la mayor de cinco hermanas.
Precisamente, fueron sus padres quienes les inculcaron amor por la política y la ciencia: su madre es Teresa Rodríguez, experta en el krausismo y la Institución Libre de Enseñanza, y su padre José Manuel Ribera, forma parte de la Real Academia de la Medicina y es considerado uno de los impulsores de la geriatría moderna en España.
Licenciada en derecho por la Universidad Complutense, Ribera comenzó a militar cuando era solo una adolescente y a los 14 años ya participó de manera muy activa en las protestas contrarias a la OTAN y en diversas conferencias de los grupos pacifistas europeos por el desarme nuclear. Sin embargo, no entró en el PSOE hasta el año 2011: se afilió al partido gubernamental semanas después de que la formación perdiese las elecciones generales de noviembre de 2011.
Más allá de la política, Teresa es una mujer de gustos sencillos. Le gusta escaparse a Menorca y adora organizar caminatas por Cercedilla, en la sierra de Madrid, para desconectar. Procura caminar una hora y media cada día entre semana y tres horas los fines de semana. Además, le gusta cocinar y es una ávida lectora: una de sus autoras favoritas es Almudena Grandes.
“No quiero quedarme con uno sólo de sus libros, pero por recomendar alguno que conecte de forma tan directa con este tiempo presente que vivimos, animaría a leer, por ejemplo, ‘Los besos en el pan’ o ‘La madre de Frankenstein’”, aseguraba recientemente. Además de amor por sus historias y una ideología común, Teresa Ribera siente otra conexión muy especial con Almudena Grandes: el Atlético de Madrid. Son muchos los personajes de la esfera pública que adoran los colores rojiblancos como ya desgranamos en este artículo.
La música es otra de las grandes debilidades de la ministra y candidata. Amante de los sonidos de los 80, adora a las bandas de rock de aquella década. Sin embargo, su grupo favorito es algo más melódico aunque con bases guitarreras: le pirran las canciones de ‘Los Secretos’.