Tras más de cuatro décadas de éxito, Vicky Larraz anunciaba por sorpresa a finales del 2022 que había llegado el momento de poner punto y final a su carrera musical. La cantante ha llegado a los 61 años en plena forma, pero consideraba que era el momento de apearse de una industria que no apoya a las cantantes como antaño. “Estamos en un momento en el que no se consumen artistas. La música de ahora es un producto y no eres más que una canción en una lista de reproducción”, decía en la entrevista en la que confirmaba su decisión, tan sorprendente como meditada.
Apeada de los conciertos y las grabaciones, pero no de las redes sociales, a través de su cuenta de Instagram descubrimos que la madrileña ha aprovechado para reconectar con lo realmente importante. Su historial de publicaciones está repleto de momentos de calidad vital como paseos por la naturaleza y del sencillo disfrute de pasar tiempo con sus dos hijas: Olivia y Sophia, de 22 y 20 años, respectivamente.
Las dos jóvenes, fruto del matrimonio de Vicky con el empresario neoyorquino William Molino, están afincadas en Miami, han seguido sus pasos “a su manera”. De esta manera, Olivia combina labores como ingeniera de sonido con la composición e interpretación de temas. La pequeña, Sophia, vuelca todo su talento artístico en un negocio de decoración de uñas de gel muy exclusivo que cuenta con clientela de todo el Estado de Florida.
Tampoco ha abandonado la vida social y Vicky continúa disfrutando de la oferta cultural madrileña sin caer en el frenesí de su época de ‘La Movida’. Las pasadas navidades se dejó caer por los conciertos que Starlite organizó en la capital y disfrutó como la que más del recital que el emblemático Sting ofreció en el marco de la edición invernal y capitalino del Festival.
Mujer cultivada, Vicky continúa encontrando sosiego en las artes: es una gran lectora y una consumidora de cine. Debido a sus antepasados cubanos mantiene algunas creencias y tradiciones de aquel país y disfruta tratando de adivinar el futuro a través las cartas. “En estos países hay un gran respeto hacia el esoterismo. Para mí, realmente, somos energía y la energía no muere sino que se transforma”, contaba en una entrevista la también exconcursante de ‘Supervivientes 2020’.
El legado artístico de Vicky es extenso y valiosísimo. Sus principales éxitos vinieron de la mano de la primera formación de Olé Olé, donde puso voz a temas tan emblemáticos como ‘No Controles’ o ‘Voy a Mil’. Tras lanzarse en solitario a mediados de los 80 vendrían éxitos de la talla de ‘Bravo Samurai’ o ‘El amor es el huracán’. Tras triunfar en la televisión estadounidense hace varios años retomó su carrera de éxitos con temas como ‘Earthquake’ (un trallazo ‘dance’ interpretado en inglés) o impensables versiones de éxitos como “Hoy quiero confesar” de Isabel Pantoja.
Las últimas actuaciones de Vicky tuvieron lugar el año pasado cuando, ya retirada, quiso ofrecer un último encuentro con sus seguidores a través de la gira nostálgica ‘Yo Fui a EGB’ en la que compartió cartel con otros históricos del pop como Sabrina o Boney M.