David Bustamante se ha convertido en la comidilla de las redes sociales por haber reaparecido con un aspecto distinto. El cantante cántabro ha explicado que es cierto que ha cogido peso pero más ídem tiene la razón de su aumento de volumen: ha dejado de fumar. El caso de Bustamante no es único y son varios los celebrities que vieron su figura transformada al abandonar un hábito tan pernicioso.
Sin ir más lejos su exmujer, la actriz Paula Echevarría también pasó por este proceso. La bellísima asturiana confesó en Divinity que su apuesta por la salud vino acompañada de varios kilitos. Como ella siempre ha sido delgada no se le notaron, pero ella lo comentaba sin preocupaciones: “Me he puesto fina”, decía entre risas la también jurado de Got Talent. "Soy un troll comiendo", nos contaba divertida.
Como Bustamante, Tania Llasera padece continuamente el escrutinio de su figura. Asentada en la filosofía curvy, la presentadora ya ha asumido que su cuerpo no va a ser el de antaño. El primer aumento de peso de la vasca tuvo lugar, precisamente, cuando dejó el tabaco. “Antes estaba delagada, ahora estoy sana”, declaró al respecto. La presentadora no tiene inconveniente en mostrar sus curvas y redondeces en redes sociales y con ellas se ha hecho un hueco en el espectro influencer.
Shaila Durcal es otra habitual en las oscilaciones de peso. Cuando dejó el tabaco se echó 20 kilos encima. "Me da igual, no me importa, lo gano en salud", matizó en su momento la hija de Rocío Durcal y Junior que ya ha recuperado su figura a base de esfuerzo, deporte y privaciones.
Los diferentes retos profesionales de Mario Casas le obligan a ganar y perder kilos a discreción: un día tiene que ponerse potentorro para un papel de malote y luego interpreta a un enfermo terminal que está en el chasis. Precisamente el actor gallego aprovechó que tenía que coger peso para un papel cinematográfico para abandonar el vicio del tabaco. “El personaje tenía que engordar, justo había dejado de fumar y tenía que sacar algo bueno de eso" admite el simpático intérprete. "La interpretación me ha ayudado a dejar el mal vicio", concluye satisfecho.
El presentador Jordi González salió en defensa de Bustamante para reinvidicar que él también ganó peso tras dejar el tabaco. “Cuando dejé de fumar engordé 12 kilos. Le dije al profesional que me estaba ayudando que podía ponerme a dieta, y me dijo que paso a paso", ha explicado el catalán.
Llegados a este punto la gran cuestión es, ¿por qué engordamos cuando dejamos de fumar? La ciencia da las claves: Por término medio, quien deja de fumar engorda unos cuatro o cinco kilos, aunque los hay que engordan más de 10 y quienes mantienen su peso o incluso los que adelgazan. La culpa de esto, al igual que de la adicción, la tiene la nicotina que tiene efectos anorexígenos, disminuyendo el apetito, y además incrementa el metabolismo basal.
Al dejar de fumar aumenta la "apetencia" por alimentos ricos en grasas y azúcar, como en un intento del cerebro por activar los circuitos que antes eran cosquilleados por el tabaco. Se tiende a pensar que es algo social: en los ratos en que antes fumaban, ahora pasan ese tiempo picando. En cualquier caso, aunque por dejar de fumar terminen engordando, esos kilos merecen mucho la pena.
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