Paula Echevarría denunciaba ante la policía a una seguidora que le estaba haciendo la vida imposible. Según dice el atestado, la actriz ha sufrido durante meses la persecución de una desconocida que se presentaba en sus rodajes en plena calle y le enviaba numerosos mensajes a través de las redes sociales. No es el único caso y es que los seguidores de los famosos pueden convertirse en sus peores enemigos.
La actriz Dafne Fernández confesó en el programa de Bertín Osborne, Mi casa es la tuya, su historia. “Una vez salí de casa y en el felpudo tenía regalitos de un fan” relató la intérprete en el programa, explicando la sensación de inseguridad que uno tiene cuando un desconocido ha estado ante la puerta de tu casa y ha vigilado lo que hacías. El origen del acoso estaba en las stories de la actriz y es que las publicaciones que los famosos graban en sus casas pueden resultar traicioneras. “No puse nada en mi casa. No lo sé, quizá fue por el barrio o porque la gente pregunta o hace deducciones. No lo sé, pero pasé mucho miedo”, dijo la actriz. “Hay que tener muchísimo cuidado”, añadió.
Precisamente Bertín Osborne conoce bien el acoso de las fans. Una fan perturbada del también cantante se hizo con su número de teléfono y el de otros miembros de su familia. En una ocasión, la mujer llegó a llamar de madrugada a su madre, que se encontraba muy delicada de salud, para decirle que el cantante había muerto en un accidente de coche.
La ex presentadora de “Las Mañanas de Cuatro”, Marta Fernández, también conoce la otra cara de los followers. “Me sentía prisionera en mi propia casa”, comenta. “El acoso comienza de una manera en que es imposible de detectar. Un individuo comienza a escribirme a través de las redes sociales. Eran mensajes raros, pero no preocupantes”, recuerda la guapa comunicadora. El acosador empezó a acudir a los actos en los que la periodista estaba invitada y a presentarse en su domicilio: “Se plantaba en mi puerta todos los días. A eso de las siete y media ocho de la mañana se ponía debajo de mi balcón”. Tras la denuncia pertinente, un juez interpuso una orden de alejamiento.
La reina de la mañanas, Ana Rosa Quintana, desveló que durante su época como conductora de telediario un hombre pensaba que todos los gestos que realizaba en la pequeña pantalla estaban dedicados a él. Su competidora de la mañana, Susanna Griso, vivió un episodio favorito en su época de informativos. Según explica, un individuo le llamaba “y como no había móviles, me colapsaba el teléfono”. El asunto acabó cuando informó a la cadena en la que trabajaba y ésta actuó en consecuencia.
Algo parecido le pasaba a Isabel Pantoja, que temió durante un tiempo por su vida y la de toda su familia. La viuda de Paquirri vivió el acoso de un fan que se había vuelto loco de amor por la tonadillera. El acosador escribía cartas de amor en el que le pedía que lo dejara todo por él. El admirador, que quería formar una familia junto a la Madonna de la copla, angustió a la ex Primera Dama de Marbella hasta tal punto que llegó a solicitar una orden de alejamiento.
En el año 2014 estalló el caso de Paco González, el periodista deportivo de la Cope. Una mujer con demencia llamada Lorena Gallego se obesionó con el locutor y llegó a querer matar al comunicador deportivo. La Audiencia Provincial de Madrid la consideró como autora de dos delitos de proposición para cometer asesinato, uno de homicidio en grado de tentativa y otro de lesiones con instrumento peligroso. Gracias al eximente por trastorno mental se ordenó su ingreso en un centro psiquiátrico penitenciario por un espacio de tiempo no superior a veinte años.
La tenista Mónica Seles vivió algo peor: el acoso de un fan de su rival. En 1993, durante un torneo en Hamburgo, un aficionado alemán la hirió por la espalda con un cuchillo de cocina de 23 centímetros. Su intención había sido devolver el reinado del tenis a su amada Steffi Graff.