Yo era guapo y me dejé
Estaban cañón y se echaron a perder. Descuidos en el estilo, kilos de más, costumbres higiénicas relajadas, adicciones, desgana… Las razones por las que muchos famosos que en su día fueron fantasía sexual de medio mundo se han dejado son diversas. Pero la conclusión es irrefutable: no es que hayan envejecido o engordado… hay un factor extra por el que han perdido ese sex-appeal que un día tuvieron y que, además, no entiende de sexos. Recordamos algunos casos:
Ellas: desórdenes, sobrepeso y bisturí excesivo
Siempre se critica a las famosas diciendo que sin maquillar no son nada, pero en nuestras protagonistas de hoy en día la pérdida de atractivo físico nada tiene que ver con el maquillaje. Britney Spears es el mejor ejemplo: no es una cuestión de cantidad sino de calidad. Quizás sus problemas personales o las adicciones pasadas le estén pasando factura, pero sin duda ya no es la que era.
Otro caso básico es el de Lindsay Lohan. Los malos hábitos han acabado con ella hasta tal punto que con menos de 30 años tiene un cutis destrozado y una mirada carente de brillo. Ciertos retoques estéticos realizados por la desesperación para volver a ser la que un día fue han hecho el resto.
Una cosa es coger unos kilitos o contar con un sobrepeso moderado y otra es perder el control sobre la figura y la ingesta. Este desorden, que más allá de sus consecuencias estéticas tiene problemas clínicos que deben ser tratadas, ha marcado por ejemplo a Kirstey Alley. No es la única: Melissa Joan Hart (la inolvidable brujita adolescente de 'Sabrina') o Janet Jackson también pasaron por preocupantes épocas de obesidad que arruinaron su imagen y su salud.
Hay un cuarto grupo que se ha estropeado en el quirófano. El exceso de intervenciones les ha desfigurado el rostro y, donde antes había un pivón, ahora hay un monstruíto. Daryl Hannah, Rose McCowan o Nikki Coxx son algunas de ellas.
Ellos: flacidez y descuido o vigorexia extrema
Los sex symbols masculinos también se echan a perder. Si no que se lo digan a Val Kilmer o a Mickey Rourke. Las mujeres (y algunos hombres) suspiraban por su look varonil y masculino en películas como 'Nueve Semanas y Media' o 'Batman' sin embargo ahora parecen vagabundos y hasta podemos intuir su olor corporal.
A veces el problema resulta el inverso. La obsesión excesiva por el culto al cuerpo convierte a los que un día fueron varones apolíneos en unos monstruos rollo 'Hulk'. Aaron Carter y Craig David se han pasado con las pesas.
Otros galanes venidos a menos son por ejemplo John Travolta, al que los años han maltratado, Kevin Federline que roza la obesidad mórbida o Edward Furlong, que perdió de un plumazo el sex-appeal que tenía cuando era más joven a causa de su dejadez.