La guerra entre Paulina Rubio y Colate Vallejo-Nágera se recrudece. La expareja lleva muchos años “a la gresca” y el fuego cruzado entre ambos lejos de calmarse se aviva cada vez más. Atrás quedan aquellos tiempos en los que ‘La Chica Dorada’ y el hermano de Samantha prometían quererse para siempre. Para aclararnos en este culebrón aztecoibérico, he elaborado para todos ustedes una cronología de los encuentros y desencuentros de la pareja.
El inicio de esta historia empezó hace ya quince años. Los medios mexicanos lanzaron la bomba y, aunque algunos dudaron de la relación al principio, fuentes cercanas a la pareja declararon al El Mundo: "El romance entre Colate y Paulina Rubio va viento en popa". A los tres meses del arranque de la relación se fueron a vivir juntos a un piso en el Madrid de los Austrias propiedad del actor Jorge Sanz.
Tras dos años de relación llegaba la boda. Paulina y Colate anunciaron su compromiso en noviembre de 2006 y se dieron el 'sí, quiero' en el mes de abril en Cancún. Fue en una ceremonia religiosa a la que acudieron alrededor de 200 invitados. La pareja, que vendió la exclusiva del enlace, posó ante los medios en el exterior del parque ecoturístico de Xcaret, donde se celebró la fiesta. Allí pudimos ver el vestido de Rosa Clará que lució Paulina. "Estoy muy emocionada, cuento con un hombre que me ama, me quiere y me respeta, y le voy a dar muchos rubitos malcriados", dijo la cantante.
Poco tiempo después de celebrar su segundo año de casados llegaron los primeros rumores de ruptura. La revista Diez Minutos argumentaba entonces que Colate no la estaba acompañando a los actos promocionales del disco que editó aquel año. Sin embargo, pocos días después de publicarse la supuesta ruptura, Paulina lo negaba irónicamente ante las cámaras: "Sí, es cierto. Todo es cierto, todo es cierto".
En mayo de 2010, la cantante anunciaba en sus redes sociales que se encontraba en estado de buena esperanza. Tras este anuncio llegó la venta de la exclusiva: la pareja posó mostrando 'tripita' y hablando del futuro bebé en una revista, y en noviembre llegaba el pequeño Andrea Nicolás. Parece que todo iba viento en popa entre ambos. Nada más lejos de la realidad
En la festividad de San Valentín, Paulina volvía a las redes sociales para escribir un enigmático mensaje: "El amor sin amistad no es amor, y la amistad sin amor no es amistad". Semejante texto, y el hecho de que la cantante celebrase ese día en Los Ángeles mientras que Colate estaba en Miami, pusieron a los medios sobreaviso. Algo no iba bien... Sin embargo, un mes después aparecían públicamente de la mano cuando salieron a celebrar el Día del Padre en Beverly Hills. Para finales de año salieron a la luz informaciones que hablaban de una infidelidad por parte de Colate y ambos pasaron las navidades por separado.
Siete años después de de empezar su noviazgo, tras cinco años de matrimonio y un hijo en común, todo había terminado. Aseguraron que tendrían una separación civilizada, pero nada más lejos de la realidad. La pesadilla no había hecho más que empezar.
El juicio por la custodia del hijo de ambos resultó muy desagradable. Durante la vista, que tuvo lugar en la Corte de Miami, se pudo ver a Paulina muy molesta. Interrumpiendo al juez y a los abogados, los ataques hacia Colate no cesaron: dijo que era un mal padre, que no le cambiaba los pañales y que el juez tenía que considerar quitarle el 50 por ciento de la custodia. La cantante dijo que le era imposible mantener una conversación con su expareja y se reiteró en su versión de que el empresario no quería firmar el divorcio porque ella era la inversión monetaria más importante que él había hecho
La batalla legal entre Colate y Paulina parecía que llegaba a su fin en noviembre de 2014. Firmaron el divorcio tras llegar a un nuevo acuerdo sobre las condiciones que debía cumplir el empresario español durante los periodos de tiempo en que le correspondiese disfrutar de su hijo Andrea Nicolás.
Nuevo frente de batalla. Una año después de firmar el acuerdo de divorcio, Nicolás Vallejo-Nágera demandó a la mexicana por el supuesto impago de tres meses de manutención. La cantidad ascendía alrededor de 30.000 dólares. A esto se añadirían otros gastos –comida, ropa, colegio, niñera– que Paulina Rubio dejó de abonar.
Cinco años después de la separación, la situación seguía sin cambiar. Según Colate, Paulina no cumplía con los acuerdos de custodia y estas irregularidades hicieron que el pequeño no pudiese pasar con su padre y su familia española parte de las Navidades. “Nosotros habíamos pactado en noviembre las fechas de vacaciones de Navidad y se las pasó por el forro. Cuando vi que el niño no volvía fui con mi abogado al juzgado de guardia para que se cumpliera lo que estaba pactado por ley. Al ser fiesta no se pudo hacer efectivo en el momento. El día de Reyes tampoco pudo estar conmigo”, aseguró. Tras este asunto, se reencontraron en los juzgados, pero la recomendación de las autoridades fue que ambos establecieran una mejor comunicación.
Si alguien pensaba que la guerra entre ellos había terminado en algún momento, se equivocaba. En primavera de 2019 se iniciaba una nueva batalla con la que la cantante acusó a su ex de secuestrar al hijo de ambos. Según la cantante, su expareja le habría ocultado el paradero del hijo de ocho años que tienen en común y esto le habría llevado a tomar la decisión de demandarle. Colate también se defendió diciendo que siempre comunicó a Paulina dónde estaba con su hijo, sino que estuvo documentado su paradero en Instagram. En esta red social se puede ver al empresario disfrutando unos días con su hijo en diferentes puntos de la geografía española.
Estas navidades tampoco ha reinado la paz para la expareja. Al parecer, Rubio habría estado negándose a entregar el pasaporte del menor para que este pudiese pasar las navidades en compañía de su familia española. "Estuve un mes pidiéndoselo por las buenas, pero no hubo manera", explicó el empresario en Sábado Deluxe. Colate, que aseguró que Paulina es una persona enajenada, lamentó que ‘La Chica Dorada’ “se ha gastado más de un millón de dólares en joder al padre de su hijo".