¿Qué fue de los concursantes de GH-1? Así están ahora estos históricos de la tele
Este 21 de julio se han cumplido 16 años de la primera final de Gran Hermano. El programa cerraba su primera casa en pleno verano tras 90 días de emisión y 14 concursantes (diez originales y cuatro reservas). El tiempo ha pasado y muchos han desaparecido del mapa mediático, pero hoy ya no podemos esperar más para recuperar a todos. ¿Quieres saber cómo están? Los repasamos en el orden en el que fueron expulsados.
María José Galera, la cantante frustrada
Es historia viva de la televisión española. Su entrada, su romance con Jorge, su salida, su pasado… En poco más de diez días esta sevillana pasó de convertirse en una mujer anónima a la persona más famosa del país. Tras su salida de la casa se convirtió en personaje habitual de la prensa del corazón y exprimió hasta la saciedad su romance y ruptura con Jorge Berrocal. Grabó un disco –cómo olvidar aquel hit-single de ‘Dime la Verdad’- y se paseó por los platós durante años. Ahora varios años, varios maridos y varios hijos después vive en México DF alejada de los focos y trabaja en el mundo comercial.
Israel Pita, el gallego sonrosado
Su particular acento, su romance con Silvia, su peculiar manera de bailar y sus gorros le convirtieron en uno de los personajes más queridos de aquella edición. Fue el único que salió expulsado sin enfrentarse a todos sus compañeros (¿recuerdan el famoso pacto que dinamitó las nominaciones?). Tras salir de la casa, presentó un programa musical y participó en Hotel Glam. Ahora es celador en un hospital de Málaga.
Silvia Casado, la Juana de Arco
Abandonó el concurso junto con su novio, el mencionado Israel, al grito de “pues nos vamos los dos”. Se enfrentó a toda la casa por querer defender a Ania y provocó la efímera ruptura del pacto. Tras salir de GH presentó con Israel el programa musical ‘eMusic’ y tuvo un hijo con él. Ha retomado su carrera como peluquera y ahora es estilista de novias en Málaga.
Nacho Rodríguez, el médico enamorado
En el primer Gran Hermano había estudios superiores y Nacho Rodríguez, salmantino de 28 años, entraba en la casa con la Carrera de Medicina. Sigue ejerciendo y es un reconocido radioncólogo. En Gran Hermano se enamoró perdidamente de Vanessa y la conquistó a base de ‘pico-pala’. A día de hoy sigue casado con ella y han tenido dos hijos. Tuvo que abandonar el concurso por la muerte de su padre. En estos 16 años ha perdido el pelo pero ni un ápice de su atractivo.
Jorge Berrocal, el de la pierna encima
Gran Hermano 1 dejó muchos momentos para la posteridad pero sin duda se lleva la palma el ‘Quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza’ de Jorge Berrocal. Se enamoró perdidamente de Maria José Galera y tras su expulsión pidió a sus compañeros encarecidamente que no llorasen porque se iba a casar con ella. No aguantó sin su amada y abandonó el programa y todo lo demás es historia. Ahora trabaja en redes sociales y vive en Málaga.
Vanessa Pascual, la mala de España
En el año 2000 la telerrealidad era tan ‘naif’ que Vanesa se convirtió en la mala de su edición por soltar un inocente ‘jódete’. Realmente era ‘jo-de-te’ con separación silábica y no llegó ni a decirlo porque era lo que quería decirle a Silvia si ella resultaba perdedora en el televoto. Era la benjamina de su edición –tenía 19 años- y antes de GH trabajaba como panadera. En el concurso conoció a Nacho, con el que sigue tras 16 años y dos hijos después. Ha trabajado como interiorista, ha regentado una boutique y ahora trabaja en el Hospital de Gran Canaria.
Mónica Ruiz, Mónica también
Entró exultante como reserva de Silvia Casado y salió hecha un mar de lágrimas porque Interviú había indagado en su pasado como escort. Tras salir de la casa retomó su carrera como azafata y consiguió que la revista le indemnizase por los terribles daños morales. Sigue viviendo en Palma de Mallorca alejada de la fama y los medios.
Marina Díez, la de la simbiosis
Marina Díez fue de las más discretas tanto dentro como fuera de la casa. Entró siendo una teleoperadora recién casada. En la casa mantuvo una estrecha amistad con Vanessa y sobre todo con Jorge Berrocal con la que no tenía feeling, sino simbiosis (en palabras del propio concursante). Tras salir de la casa se divorció, se mudó a Benidorm y la crisis le dio fuerte: en 2012 acudía a ‘Qué Tiempo Tan Feliz’ a contar que estaba en la ruina.
Íñigo González, el del polo verde
Entró como reserva pero se convirtió en uno de los concursantes más recordados del programa: su espíritu bonachón, su eterno polo verde, su barriga cervecera y su torpeza física le definieron durante sus 35 días en la casa. Intentó ligarse a Ania sin éxito y echó pestes del programa cuando se acabó la estela de la fama: hasta escribió un libro en calidad de ‘juguete roto’. Ha estudiado filología, periodismo y ahora se forma para ser profesor de secundaria.
Mabel Garrido, la monjita
Tras la marcha de Mónica, entró en el programa Mabel, que encuadraba en un perfil muy familiar. Madre de familia numerosa y esposa abnegada, se ganó la fama de ‘Sor Mabel’ y sus vídeos iban acompañados de las tonadillas de María Ostiz. Tras su paso por el programa se descocó: se divorció, posó en Interviú y buscó a su madre biológica. Ahora vive en Cuenca y no quiere saber nada de los medios.
Koldo Sagastizábal, el kafkiano
Continuamos con los reservas. Koldo casi se cuela en la final pero se quedó a las puertas. Era el intelecutal e intenso de la edición y aseguraba que tenía sueños ‘kafkianos’ para desconcierto de sus compañeros. El joven guipuzcoano estudiaba Ciencias Políticas y tras su salida del concurso volvió al anonimato.
Iván Armesto, mafia es mafia
Asturiano buscavidas, aguantó como un jabato hasta el final del concurso del que salió como tercer finalista. Durante el concurso se coronó como ‘el Padrino’ de la mafia y mantuvo una relación estrecha de amistad con Ismael Beiro que pervive hasta hoy. Tras su participación en el programa comenzó como tertuliano hasta que volvió a su tierra natal para montar una agencia de azafatas. El negocio comenzó a crecer y ahora cuenta con la agencia de figuración más importante de España.
Ania Iglesias, la modelo reinventada
La trayectoria de Ania en el programa fue in crescendo durante los 90 días del concurso. Entró como una modelo de tercera regional –desfilaba en centros comerciales con Eva Sannum- y salió convertida en una musa mediática. Supo aprovechar la oportunidad y ahora tiene una agencia de modelos, comunicación y eventos muy exitosa
Ismael Beiro, el ganador incontestable
‘El Pisha’ se perfiló como el ganador del concurso desde el día que entró en el programa. Su gracejo gaditano y su atractivo surfero lo convirtieron en la estrella absoluta. Las revistas para adolescentes lo llevaban a su portada en sustitución de Leonardo DiCaprio o los Backstreet Boys. No se ha apeado de los medios desde su triunfo y ha sido tertuliano, participante de realitys, actor y ahora ejerce de monologuista.