Oteradas, medio que destaca por su compromiso con la difusión de la cultura, quiere acercar a sus lectores los famosos que han coqueteado con el noble arte de la pintura. Por eso, y con motivo del Día Mundial del Arte, queremos profundizar en la carrera pictórica de grandes humanistas como Paloma San Basilio, Blanca Cuesta o Camilo Sesto. Porque para mi y para mis lectores Reina Sofía no es sólo la suegra de doña Letizia ni Thyssen es únicamente el apellido de casada de Miss España 1961: también son museos a los que ir a si nos apetece (y si no apetece, pues nos vamos de cañas que es muy español).
El neoxpresionismo de Blanca Cuesta
Precisamente el museo Thyssen debería albergar en sus paredes entre las obras de Cezánne y Sorolla alguno de los cuadros que pinta la nuerísima de su propietaria: Blanca Cuesta. La enemiga número uno de la propietaria de la colección privada más importante de este país además de madre, esposa y ex modelo de cuarta hace sus pinitos como pintora.
Blanca, ahí donde la ven, en su primera exposición en solitario, inaugurada este enero en Madrid, vendió ocho cuadros valorados en más de 25.000 euros. La nueva musa del lienzo se define a sí misma como una pintora de estilo neoxpresionista. Bajo el título Proposing Fluor, la pintora nos descubre en su exposición un mundo de texturas y tonos llamativos en formatos grandes y medianos.
Paloma San Basilio, la ‘reina’ de lo abstracto
La cantante Paloma San Basilio comparte con Bárbara Rey o Corinna zu Sayn-Wittgenstein el gusto por la multidisciplina. No sabemos si Amolap algún día expondrá en el Reina Sofía (ni que opinaría la homónima esposa de don Juan Carlos sobre ello) pero ya lo ha hecho en la galería ‘Star’ de Madrid. Su arte, colorista y abstracto, irradia luz y optimismo.
La intérprete de la versión española del hit de Madonna ‘No llores por mi Argentina’ sostiene que “con la pintura lo único que pretendo es expresarme, no tengo mayores aspiraciones”. La representante de España en Eurovisión 1986 confiesa que “me gusta pintar desde que soy una niña, lo he hecho toda mi vida pero siempre por puro placer”
Camilo Sesto, pintor ‘superstar’
España le debe a Camilo Sesto una Medalla de Oro de las Bellas Artes (bueno varias: una por Jesucristo Superstar, otra por ‘Vivir Así es Morir de Amor’ y otra por habernos presentado a Norberto Lázaro). La cuestión es que el genial intérprete también pinta, y muy bien por cierto.
De no haber sido músico, de hecho, hubiese sido pintor y además muy versátil. La pintura figurativa, el surrealismo, el abstracto y el retrato se dan la mano en la obra pictórica del genial artista.
La Duquesa de Alba y Lola Flores
La Duquesa de Alba rechazó posar para el mismísimo Picasso, que quería pintarla como su Maja haciendo una revisión del clásico de Goya. Según doña Cayetana, ella prefiere pintar a ejercer de modelo, algo que le parece muy aburrido: abandonó la pintura cuando la muerte de su segundo esposo le dejó paralizada la mano derecha: "Cuando yo pintaba no imitaba a ningún maestro; yo pintaba lo que me salía, era un poco impresionista y un poco naif", confesaba.
La artista más grande que ha dado este país, Lola Flores, no solo ha cantado, bailado, interpretado películas, presentado programas de televisión y parido a toda una saga de gitanos artistas: también pintaba. Cuando las deudas se le acumularon a La Faraona tiró de pincel y triunfó con una exposición en Miami. Lo mejor de todo es que mientras el catálogo aseguraba que Lola era de escuela ‘fauvista’ la simpar Lola contestaba a la prensa: “Yo no tengo estilo, pinto flamenquitas y ya está”. Granda es poco.
Palomo Linares, el pintor torero
El torero Sebastián Palomo Linares, ex marido de Marina Danko y ex pareja de la ‘madame’ María de Mora compagina el capote con los lienzos. Realizó su primera exposición en 1967 pero ha sido tras colgar el traje de luces cuando se entregó en cuerpo y alma a la creación artística. Sus cuadros mantienen la inspiración taurina y no cotizan nada mal: superan los 2000 euros sin marco.
Carla Duval, valorada post-mortem
Carla Duval vivió eclipsada por el éxito de su hermana Norma. Además de haberse dedicado al oficio familiar de las variedades, Carla destacó en el campo de la pintura figurativa. La artista nos dejó en 2010 pero su obra continúa con nosotros. La pasada primavera la ciudad de Madrid le rindió un merecido homenaje con una exposición retrospectiva de sus cuadros, en las que destacaban caballos, bodegones florales y bailarinas en poses elegantes.