Espía y vencerás: los famosos se espían entre ellos
Las cámaras ocultas son los nuevos paparazzis y los micrófonos escondidos los nuevos reporteros indiscretos. Los famosos de primer nivel ya no se rigen porque salgan en las páginas de las revistas más exclusivas y molonas, por acudir a las fiestas más selectas o porque las marcas publicitarias se pirren porque anuncies sus productos. No te puedes considerar un VIP hasta que no hay una red de espionaje a tu alrededor.
El escándalo de la red de espionaje catalán ‘Método 3’ ha pasado de las páginas de política catalana a las del corazón en un solo requiebro. Y es que según las nuevas investigaciones correspondientes a las polémicas investigaciones de los detectives de la barretina y la sardana han determinado que Guardiola ordenó informes de Piqué y su waka-romance con Shakira. ¿Querría reventarles la exclusiva? ¿Le urgiría saber cómo serían los modelitos de la colombiana en su gira mundial?
El asunto tiene bemoles porque según informa ‘El Confidencial’, el futbolista llegó a denunciar ante Guardiola que estaba siendo seguido por desconocidos. Para tranqulizarlo le dijeron que los que le seguían eran paparazzis de la prensa del corazón. Los wakainvestigados no son los únicos investigados del fútbol, ni mucho menos. El BarÇa, al parecer espió las vidas de futbolistas como Etó o, Ronaldinho, Rafa Márquez. Y el Madrid, las de Suker o Mijatovic.
Y el culebrón se hizo thriller
La nunca suficientemente reivindicada baronesa Thyssen también tiene un papel protagónico en esta película de espías. La ex miss, coleccionista de arte, actriz, filántropa y aristócrata también ha ejercido de James Bond a la catalana para espiar a su nuera, Blanca Cuesta.
No sabemos qué conclusiones obtuvieron los de Método 3 de la ex modelo pero desde que se ordenaron las investigaciones, en 2007, suegra y nuera comparten tono de pelo. ¿Querría saber María del Carmen Rosario Soledad Cervera y Fernández de la Guerra, nombre completo de Tita, cuál es el número de tinte de Loreal que usa la madre de sus nietos?
El caso de Bárbara Rey y Corinna
Tener una amistad entrañable con el Rey es una buena razón para que los servicios de inteligencia sepan hasta la talla de tus bragas. Esto es lo que les pasó a Su Alteza Serenísima Corinna zu Sayn-Wittgenstein,y a la vedette, también serenísima, Bárbara Rey.
Según El Confidencial Digital, los informes elaborados por los Servicios de Inteligencia llamaban a Corinna con el nombre en clave de Ingrid. En estos documentos se informa que la amiguita de don Juan Carlos residía cerca de Zarzuela, exigía vehículos de lujo, siempre viajaba en bussiness, era arrogante, se movía exclusivamente por dinero y ponía siempre ‘el cazo por delante’. Una joya, vamos.
El caso de la vedette, domadora y madre de doña Sofía (porque por muy disc jockey que sea, para mi Sofía Cristo merece el trato de doña) tuvo mucha miga durante los años 90. Según relata el libro “El Precio de la Libertad” de Jesús Cacho, el CESID irrumpió en casa de la capataza de Acorralados para incautarse de unas grabaciones comprometedoras de la protagonista de ‘Me siento extraña’ y Su Majestad. Bárbara, que es muy guerrera, lo denunció a los medios de comunicación. “Si me matan, sabréis quien ha sido”, declaró.
Letizia, Telma y la Infanta Cristina, también
Según el libro “Las alcantarillas del poder” de Fernando Rueda, la princesa de Asturias fue espiada por los servicios del Centro Nacional de Inteligencia. “En los meses en los que salieron juntos y acrecentaron su amor, Letizia tuvo que pasar, sin saberlo, la prueba más dura antes de casarse con el heredero a la Corona: la investigación del CNI”. Otro libro, “Una republicana en la corte de Juan Carlos” asegura que en el informe aparece una presunta detención por posesión de hachís y un supuesto aborto en México. Estos datos nunca fueron contrastados.
La hermana siesa de la princesa, Telma Ortiz, también fue objeto de una investigación privada por parte de un medio de comunicación para conocer cuál era su salario cuando trabajaba para el Ayuntamiento de Barcelona.
Esta misma investigación determinó que sl parecer, un hacker y monitorizó diferentes redes sociales con el objetivo de testar si la infanta Cristina utilizaba alguna de ellas, aunque fuera mediante un pseudónimo.