Algunos famosos se lanzan en plancha al mundo empresarial y se dan de bruces con la cruda realidad del universo de los negocios. La fama no convalida ninguna asignatura de la carrera de Dirección y Administración de Empresas y muchas de estas aventuras acaban en quiebras, cierres y pérdidas… Hoy en Oteradas repasamos los negocios más ruinosos de nuestras celebridades. La última en llevarse un disgusto ha sido Úrsula Corberó, que ha tenido que cerrar la tienda que abrió en la Milla de Oro de Madrid.
La actriz cerró hace unas semanas la tienda de ropa “Ursulolita Shop’, de estilo hippie-chic, y que abrió en un momento de sequía laboral en la calle Claudio Coello de Madrid. El alto precio del alquiler del local -unos 4.000 euros al mes- y una caída de las ventas han llevado al negocio, que regentaba la madre de la ex de Velencoso, a pique.
El caso de Corberó no es aislado, y los negocios más peregrinos puestos en marcha por celebridades emprendedoras han acabado echando el cierre. Sirva de ejemplo Kerbara, la discoteca de Iker Casillas en Móstoles. El marido de Sara Carbonero tuvo que finiquitar el chiringuito pocos años después de su apertura.
El cerrojazo al bussiness hostelero Casillas recuerda, a su vez, al que vivió la Madonna de la copla, Isabel Pantoja, con el complejo de ocio “Cantora” en Fuengirola. El restaurante, y la discoteca (bautizada con el refrescante y juvenil nombre de “Kantora Kopas”) resultaron un auténtico agujero económico para la ex primera dama de Marbella y marcaron el inicio de sus graves problemas monetarios.
La lista de desastres empresariales de famosos es larga y no para de crecer, y es que los negocios que se buscan resultan tan improductivos como peregrinos. ¿Recuerdan la aventura con las fresas de Jesulín de Ubrique? ¿Y qué me dicen de aquella cadena de lavanderías que contaba con el reclamo accionarial de Antonio David?
El hijo pequeño de Carmina Ordóñez, Julián Contreras, se arruinó de manera definitiva con el buffet libre de pizzas que abrió en la madrileña calle Silvano, muy cerca de su domicilio. El negocio no funcionó y el hermano pequeño de Francisco y Cayetano Rivera echó el cierre dejando varias facturas sin pagar. Estas deudas ahora se reclaman judicialmente después de que los proveedores no consiguiesen cobrarlas.
Las inversiones inmobiliarias no han salido rentables a los jugadores Andrés Iniesta y Xavi Hernandez. El centrocampista del Barça tuvo que finiquitar su constructora, Albiniesta, en plena crisis del ladrillo. Según contaba El Mundo en 2014, el fichaje de Xavi por un equipo catarí respondía a sus necesidades económicas ya que las cifras de su empresa inmobiliaria resultaban alarmantes.
La pasión de muchos famosos por tener su propia bodega les ha dejado agujeros de impresión en sus cuentas corrientes. Ni Imanol Arias, ni Miguel Bosé, Raúl González o Antonio Banderas han salido bien parados de sus aventuras como bodegueros.