Famosos con nulidad eclesiástica: Divorciados por la Iglesia
En el mundo de los famosos se está poniendo de moda el ‘Divorcio por la Iglesia’. Cada vez son más los rostros populares que pasan varias veces por el altar católico para casarse ‘hasta que la muerte los separe’ –ríete del contrato de permanencia de tu móvil- ante los ojos de Dios con personas diferentes (y sin enviudar). El último en ponerla en práctica ha sido Francisco Rivera, quien hace pocas semanas se casaba por segunda vez en su vida por la Iglesia: la primera vez fue con Eugenia Martínez de Irujo y la segunda con Lourdes Montes.
Los Rivera son una familia especialmente dados a la nulidad eclesiástica: sus padres, Carmen Ordóñez y Paquirri, consiguieron una sentencia favorable del Tribunal de la Rota (el órgano canónico que tramita estos divorcios eclesiásticos) para disolver su matrimonio. También lo consiguió su hermano Cayetano para divorciarse por la Iglesia con la modelo, cantante y actriz Blanca Romero también conocida como ‘La Perra’.
El procedimiento para conseguir la nulidad eclesiástica es largo –el tiempo medio es de dos años- y según recoge Vanity Fair el 85 por ciento de los casos es favorable. Aún así, sólo un 1% de los matrimonios católicos solicita la nulidad (y visto lo visto deben ser todos ellos, además, famosos). El precio del proceso varía de entre los 800 a los 10.000 euros: los famosos tiran de chequera. Fact.
Otras sagas de famosos que han suplicado a Dios que les perdone lo de la mentirijilla de ‘hasta que la muerte nos separe’ son Rocío Jurado y Pedro Carrasco (cada uno de los cónyuges contrajo luego segundas nupcias católicas con Ortega Cano y Raquel Mosquera, respectivamente) y la hija de ambos: Rocío Carrasco, entonces conocida como Rociíto.
Reincidentes
Isabel Preysler ha pasado tres veces por la vicaría y, para ello, ha solicitado la nulidad eclesiástica en dos ocasiones: En 1979 pedía la nulidad de su matrimonio con Julio Iglesias para poder casarse con Carlos Falcó. Tiempo después, en 1987, la reina del alicatado realizaba el mismo trámite para solicitar la anulación de su desposamiento con el padre de su hija Tamara.
Su intimísima Carmencita Martínez Bordiú también obtuvo la nulidad matrimonial de su primer matrimonio con Luis Alfonso de Borbón. Gracias este documento pudo casarse por la Iglesia con José Campos, del que se separó hace tres años. Ahora ha vuelto a iniciar los trámites.
En las mismas se encuentra Carolina de Mónaco, separada de Ernesto de Hannover. El 1 de julio de 1992, después de más de diez años de batalla legal en los tribunales de la Rota Romana, obtuvo la nulidad eclesiástica de su matrimonio con Philippe Junot. El motivo para la concesión de la nulidad fue, según la sentencia del alto tribunal vaticano, la insuficiencia del consentimiento de Carolina en el momento de contraer matrimonio. Su unión con Stephano Casiraghi no tuvo estos trámites ya que la Iglesia Católica sí permite enviudar.
Otros casos
Hay más famosos que han tramitado la nulidad eclesiástica con éxito: buen ejemplo de ello son los nombres de Pepa Flores (Marisol) y Carlos Goyanes, quienes alegaron inmadurez a la hora de formalizar el compromiso, o Camilo José Cela y Marina Castaño con sus primeros matrimonios: Rosario Conde y José Luis Fernández, respectivamente.